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Durante décadas, la imagen de la maternidad ha estado rodeada de sonrisas, amor y plenitud. Pero detrás de esa postal idílica, millones de madres viven una batalla interna silenciosa. Estudios recientes revelan un deterioro constante en el estado emocional de las mujeres que crían, con especial énfasis en los primeros años de vida de sus hijos.
Un análisis de la Universidad de Columbia, publicado en JAMA Internal Medicine, mostró que en 2016 el 38.4 % de las madres en EE.UU. describía su salud mental como excelente. Para 2023, ese número había caído a 25.8 %. En paralelo, el porcentaje de quienes califican su salud como "mala o regular" creció un 64 %.
Aunque el estudio se enfocó en Estados Unidos, las condiciones sociales, económicas y culturales de México replican muchos de los mismos factores de riesgo: jornadas laborales extensas, escaso acceso a salud mental, roles de género tradicionales y poco apoyo institucional.
No se trata de un solo factor, sino de una red de condiciones acumuladas que afectan a las mujeres:
El cansancio extremo es uno de los factores más frecuentes. Dormir mal por cuidar a un bebé, hacerse cargo de todas las responsabilidades domésticas y no tener tiempo para sí mismas desgasta la salud física y emocional.
La crianza puede volverse un proceso aislado. Muchas madres sienten que deben "poder con todo" y ocultan su agotamiento. La falta de redes de apoyo agrava esta percepción de soledad.
Los gastos aumentan y muchas madres no pueden trabajar o deben hacerlo bajo condiciones precarias. El estrés financiero es un disparador importante de síntomas depresivos y ansiedad.
Aún hoy, hablar de salud mental sigue siendo un tabú para muchas familias. Las madres no buscan ayuda por miedo a ser juzgadas, o simplemente porque no saben a dónde acudir. Además, los servicios públicos de salud mental en México son escasos y saturados.
Aunque se asocia al periodo inmediato tras el nacimiento, la depresión postparto puede aparecer semanas o incluso meses después. Sus síntomas incluyen:
Muchas mujeres no reciben un diagnóstico. Según la investigadora Kara Zivin, los trastornos psicológicos son una de las principales causas de mortalidad materna. Sin embargo, los datos oficiales no siempre los incluyen, lo que invisibiliza aún más el problema.
Programas como los de visitas domiciliarias o el seguimiento emocional posparto han demostrado ser eficaces, pero en muchos países —México incluido— existen grandes brechas de cobertura. La salud mental de las madres no está recibiendo el lugar que merece en las políticas públicas.
Romper el silencio es el primer paso. Conversar sobre salud emocional de manera abierta y empática permite validar lo que muchas mujeres sienten.
Pedir ayuda no es signo de debilidad. Cuidar a quien cuida debe ser una prioridad familiar y comunitaria.
Acudir con un psicólogo o psiquiatra capacitado puede marcar la diferencia. También existen grupos de apoyo para madres que enfrentan desafíos emocionales.
La ciudadanía puede exigir al Estado mayores recursos para salud mental, licencias de maternidad dignas y guarderías accesibles.
La salud mental de las madres no puede seguir siendo un tema secundario. Su bienestar es la base del desarrollo sano de millones de niñas y niños. Hablar del tema, buscar ayuda y exigir mejores condiciones no solo salva vidas, también construye una sociedad más empática y sostenible. Las madres no necesitan más exigencias, necesitan contención.
¿Qué síntomas indican que una madre puede tener depresión postparto?
Tristeza frecuente, fatiga extrema, cambios en el sueño, ansiedad, pérdida de interés en el bebé o sentimientos de culpa excesivos.
¿Es normal sentirse triste después de tener un bebé?
Sí, es común experimentar una etapa llamada "baby blues" en los primeros días. Si los síntomas persisten más allá de dos semanas, es importante buscar ayuda.
¿Dónde puedo encontrar apoyo en México?
Puedes acudir a centros de salud, IMSS, ISSSTE, o buscar apoyo con psicólogas especializadas en maternidad. También existen redes de apoyo como Materna México o la Asociación Mexicana de Psicología Perinatal.
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