Una mujer con COVID-19 tiene gemelas estando sedada y, al despertar, no recuerda que estaba embarazada

Mili América Angelo, de 40 años, estaba embarazada cuando dio positivo en COVID-19 y, al encontrarse en estado grave de la enfermedad, tuvo que ser ingresada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Tras pasar 11 días en la UCI, despertó, pero no recordaba que estaba embarazada. 

"Vinieron cuatro doctores y me dijeron: '¿sabías que ya diste a luz?', pero no, yo no sabía nada. No recordaba que estaba embarazada ni que había dado a luz", explicó Mili en declaraciones a los medios de comunicación. Y es que, mientras se encontraba ingresada en la UCI, los médicos decidieron practicarle una cesárea. Así nacieron sus gemelas, Ayma y Ayla.

Al despertar, solamente preguntaba por su marido

Mili, cuando abrió los ojos no sabía ni siquiera dónde estaba y se preguntaba dónde estaba su marido. "Lo único que tenía en la mente era que mi marido no quería verme. Le preguntaba por qué no estaba conmigo y él me decía que no le dejaban, por el COVID-19. Pero yo no entendía nada", explicó.

Sus recuerdos se remontan al pasado 13 de marzo, cuando llegó su marido de un viaje. Desde ese recuerdo, ya no tuvo ninguno más. Por lo que le han explicado sabe que días después tuvo contracciones y tuvo que ingresar a urgencias. Le diagnosticaron una neumonía a causa del COVID-19 y tuvo que ser ingresada en estado grave en el hospital Vall d'Hebron.

Las niñas pesaron un kilo al nacer

La situación de Mili era muy compleja y, debido a su gravedad, el jefe de la unidad de neonatos del hospital, Félix Castillo, explica que se vieron obligados a practicarle una cesárea. "Estaba fatal, con una insuficiencia respiratoria grave, y se tuvo que hacer una extracción por cesárea en la semana 28", contó Castillo. 

Las gemelas, Ayma y Ayla, nacieron con apenas un kilo de peso cada una. Las tres, madre e hijas, tuvieron que ser intubadas para poder sobrevivir. La mamá luchaba contra el coronavirus mientras que las bebés, muy prematuras, debían crecer fuera del vientre de su madre.

Por suerte, Mili empezó a mejorar y una semana después de haberle practicado la cesárea pudo ser trasladada a una habitación en planta, donde le informaron todo lo que había ocurrido en ese tiempo. El hecho de que no recuerde nada puede tener una explicación, como cuenta Castillo: "Es el efecto de estar 21 días sedada, con fármacos muy potentes. Está desorientada y no tiene memoria reciente".

La mamá tardó un mes en poder ver a sus hijas

"Es frecuente el período de desorientación tras quitarle la sedación. Entre el 25% y el 30% de los pacientes la sufren y mejoran a los pocos días. Lo que es más curioso es la amnesia de antes del ingreso. Se le encontró una pequeña lesión en la resonancia magnética que se catalogó como posible ictus, pero no tengo claro que eso pueda interferir en la memoria", explicó Castillo.

Mili tardó un mes en poder ver a sus hijas, cuando por fin dio negativo en COVID-19. Las bebés dieron negativo del coronavirus en las cuatro muestras que les tomaron (al día de nacer, a las 24 horas, a los cinco días y a las dos semanas). La madre ya superó la enfermedad y el padre, tras una cuarentena obligatoria, también ha podido volver al hospital. 

A Ayla y a Ayma aún le quedan unos días en la incubadora y cuatro o cinco semanas en el hospital antes de volver a casa. Mili las visita todos los días para practicar la el contacto de piel con piel, que hasta ahora tuvieron que realizar enfermeras y auxiliares ante la ausencia obligada de los padres. 

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