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Con la colaboración de Dr. Néstor Herráiz
Ginecólogo y Coordinador de urgencias ginecológicas y obstétricas en el Hospital Quirónsalud Zaragoza
En los últimos años, a pesar de las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cesáreas han aumentado considerablemente en nuestro país.
Hay madres que desearían dar a luz de forma natural, saboreando cada instante de este acontecimiento y compartiéndolo con su pareja, pero sin embargo, tienen que dar a luz mediante cesárea por razones médicas. Pero, por otro lado, también hay mujeres que optan por esta forma de dar a luz, pues prefieren no sufrir el dolor del parto y programar el nacimiento del niño, o bien simplemente porque tienen miedo al parto.
Con el fin de ofrecer una ayuda a las madres, en este artículo, te explicamos en qué consiste la cesárea, todas las formas de proceder a la hora de realizar una cesárea, cómo recuperarse mejor y más fácilmente de la misma, y otros muchos más datos de interés.
El parto por cesárea es una intervención quirúrgica realizada sobre el útero de la mujer embarazada. Se practica en situaciones especiales para extraer al niño. No constituye una forma alternativa de dar a luz, sino una técnica a la que se recurre cuando el parto natural comporta un grave sufrimiento o un riesgo para la madre o para el pequeño.
Se trata de una intervención quirúrgica en toda regla y puede conllevar todas las consecuencias de una operación: dolor, herida, debilidad, doble cicatriz, riesgo de infección etc.
Contrariamente a cuanto piensan muchas mujeres, la cesárea no ahorra el sufrimiento. Todo lo que no se sufre antes de la intervención, se sufre después, debido a las molestias y a la debilidad que siguen a la operación.
El Doctor Néstor Herráiz, Ginecólogo y Coordinador de urgencias ginecológicas y obstétricas en el Hospital Quirónsalud Zaragoza, nos explica en qué casos el parto puede acabar en una intervención como la cesárea. Veámoslo a continuación.
"Es posible que, una vez iniciado el parto, se presenten situaciones que requieran la realización de una cesárea. Por ejemplo:
- Fracaso de la inducción del parto: no se llega a las condiciones idóneas del cuello uterino tras unas horas de contracciones regulares.
- Estacionamiento del parto por falta de dilatación o descenso del bebé.
- Desproporción cefalopélvica (DCP): es decir, que la cabeza del bebé sea demasiado grande para pasar a través de la pelvis de la madre, y no sea posible extraerlo con instrumental.
Asimismo, durante la fase del expulsivo, se pueden dar situaciones no previstas y de extrema urgencia que requieran una intervención quirúrgica, como:
- Sufrimiento fetal, por una sospecha de pérdida de bienestar fetal.
- Sospecha de ruptura uterina.
- Desprendimiento de placenta. En este caso, se requiere la extracción inmediata del bebé para evitar daños ocasionados por la falta de oxígeno.
- Hemorragia vaginal o pélvica que compromete el estado materno.
- Prolapso del cordón umbilical: se produce cuando, tras la rotura de la bolsa, el cordón umbilical sobresale por el cuello del útero antes que la cabeza del bebé".
El Doctor Néstor Herráiz, Ginecólogo y Coordinador de urgencias ginecológicas y obstétricas en el Hospital Quirónsalud Zaragoza, nos habla de las cesáreas electivas y programadas.
"Es lo que se conoce como cesárea electiva o cesárea programada. Esta se realiza en embarazadas con patología materna o fetal que contraindique o desaconseje un parto por vía vaginal. En general, suele indicarse una cesárea en los siguientes casos:
- Presentación de nalgas o anómala, como situación transversa u oblicua. Antes del parto, y si no hay contraindicación, se puede ofrecer a la embarazada la posibilidad de realizar una versión cefálica externa del bebé, en la semana 37-38 de gestación, para darle la vuelta y posibilitar un parto vaginal.
- Placenta previa, parcial u oclusiva. Cuando la placenta obstruye parcial o completamente el orificio cervical impidiendo la salida del bebé por el canal de parto.
- Macrosomía fetal. Si el peso estimado ecográfico del bebé es superior a 5 kilos, se considera la necesidad de practicar una cesárea. También en caso de madre diabética con un bebé de más de 4.5 kilos de peso.
- Cesárea previa. Por lo general, la cesárea se indica a mujeres que han tenido dos o más cesáreas con anterioridad, debido a un posible riesgo de rotura uterina. Sin embargo, en ciertos casos, se puede intentar un parto vaginal si no hay factores de riesgo que lo contraindiquen.
- Enfermedades sistémicas maternas o infecciones. Es el caso de patologías médicas de la madre que desaconsejen un parto vaginal, como tratamientos para el cáncer, cardiopatías severas, riesgo de accidente cerebrovascular (AVC), malformaciones del sistema nervioso central, etc.
- También si existen infecciones en curso que se pueden transmitir de forma vertical durante un parto vaginal: VIH no tratado, sífilis, condilomatosis severa, herpes genital en primoinfección, etc.
- Cicatrices uterinas de cirugía ginecológica (miomectomía, endometriosis, etc., que han afectado a la cavidad endometrial) y rotura uterina en parto anterior por el riesgo de recurrencia.
- Algunos casos de prematuridad y gestaciones múltiples. Esto dependerá de las circunstancias individuales de cada caso. Pero, por ejemplo, la cesárea está indicada en un embarazo gemelar si la posición de alguno de los bebés no es cefálica.
- Causas maternas y psicológicas. En especial, relacionadas con traumas anteriores de la esfera psicosexual (unidos al vaginismo), así como miedos y fobias al parto en estados depresivos y ansiosos.
- Circunstancias sociales, familiares y culturales de la paciente en una cesárea a demanda. Si bien la paciente tiene el derecho final a decidir esta vía de parto, debe ser aconsejada de forma minuciosa sobre sus riesgos y complicaciones al tratarse de una cirugía mayor".
Existen tres técnicas quirúrgicas que se utilizan para practicar la cesárea:
Se practica un corte justo por encima del vello del pubis, se incide sobre la pared uterina, se extrae el niño y la placenta, y se sutura.
Se realiza el corte justo sobre la línea imaginaria que une los huesos de la pelvis y se separan manualmente las capas musculares de la pared abdominal, hasta llegar al útero, que se abre con bisturí. A continuación, se extrae el niño y la placenta, y se sutura.
La ventaja del método Stark es su rapidez, ya que dura un cuarto de hora aproximadamente, frente a los 45 minutos de la intervención tradicional. Además, la cicatriz que deja es más pequeña.
Existe una técnica que se encuentra a medio camino entre la tradicional y el método Stark. Se realiza una incisión baja y después se procede del mismo modo que en el método Stark.
Normalmente, el corte de la cesárea se realiza con anestesia local, en dos modalidades:
Se aplica en el espacio que hay entre dos vértebras lumbares (en la parte baja de la espalda). Se inyecta una mezcla especial, compuesta de anestésico y analgésico, que actúa en tan solo tres o cuatro minutos.
La anestesia pasa a través de un fino tubo, que se introduce en la parte baja de la espalda. Este tipo de anestesia dura más que la espinal, pero también el tiempo que requiere para hacer efecto es mayor.
En situaciones de urgencia, puede recurrirse a la anestesia general. La ventaja de las anestesias epidural y espinal es que permiten a la madre estar consciente durante el nacimiento del niño.
Con respecto a la cantidad de cesáreas que se practican, el Dr. Herráiz nos comenta:
"Tal y como nos recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), los profesionales sanitarios debemos racionalizar la cantidad de cesáreas realizadas. Esto pasa por personalizar la medicina y dedicarle a cada paciente lo que necesita, tanto en su parte clínica como emocional.
Asimismo, las pacientes embarazadas deben tener y fomentar un vínculo de confianza con los médicos obstetras y con todos los sanitarios que las atiendan (enfermeros/enfermeras, pediatras, anestesistas), y transmitirles todas sus dudas y miedos para que puedan resolverlos antes del parto.
Precisamente, ese vínculo mejorará la experiencia del parto. Y en caso de necesitar una cesárea, se cerrará el círculo de una medicina bien hecha, y una mamá y un bebé sanos y felices".
Es normal que, tras la cesárea, puedan surgir algunos inconvenientes, aunque éstos desapareceran al cabo de pocos meses. Veamos cuáles son los trastornos más frecuentes que pueden aparecer después de dar a luz por cesárea.
Después del parto, muchas recientes mamás se preguntan cuándo podrán volver a hacer ejercicio tras la cesárea. Para ello, hay que tener en cuenta, en primer lugar, si has dado a luz de forma vaginal, o bien si te tuvieron que practicar una cesárea.
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¿Te han dicho que, seguramente, te tendrán que practicar una cesárea? ¿O simplemente quieres estar informada por si tu parto acaba en cesárea? ¡Déjanos tu comentario!
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