El parto en el agua es una experiencia que puede resultar muy placentera para la futura mamá. El hecho de estar sumergida en una bañera con el agua a 37C, aproximadamente, ejerce un notable efecto relajante y contribuye a aliviar el dolor de las contracciones; además, la bañera, más grande que la de casa, permite a la embarazada adoptar las posiciones que le resulten más cómodas en cada momento: puede sentarse, acostarse, ponerse de lado o a gatas, etc. Te explicamos los principales beneficios del parto natural en el agua.
Un ambiente más íntimo
En la estancia, la luz es muy difusa y reina el silencio. La futura mamá está acompañada por su pareja (si así lo quiso) y el ginecólogo solo interviene en caso de ser necesario. Todo está pensado para favorecer la intimidad de la mamá: está en casi un estado de suspensión, que se asemeja al ambiente en el que el bebé vive dentro del útero. Esta sensación le permite dejarse llevar, escuchar a su propio cuerpo y secundar el descenso del bebé por el canal del parto.
Menos intervenciones externas
En el parto en agua, se reducen las intervenciones del ginecólogo. Obviamente, se respetan los protocolos de asistencia al parto: se ausculta el latido cardiaco fetal y se hace la monitorización pero de forma menos frecuente que en un parto tradicional. También se reducen las revisiones para controlar el proceso de dilatación, quese hacen cuando se le invita a la futura mamá a salir de la tina, alternando los períodos de inmersión con períodos fuera de la misma para que se acueste en la camilla o se apoye en otros soportes dentro de la habitación.
Sólo durante el trabajo o también el parto
La mujer puede escoger entre permanecer en el agua solo durante el trabajo del parto o continuar hasta el nacimiento del bebé. La tina permite al personal médico asistir el parto en el agua y el bebé no sufre de ningún modo; es más, apenas sale de la pancita, se encuentra inmerso en un ambiente similar al que estuvo viviendo durante nueve meses y, hasta que no sale del agua, le continúa llegando sangre oxigenada del cordón umbilical.
¿Un parto más rápido?
Algunos estudios afirman que dar a luz en el agua comporta una reducción del recurso de la episiotomía y de los tiempos del parto. No hay diferencias significativas, pero es indudable que, cuanto más relajada esté la mamá, menos miedo tendrá y más fácil será que se deje llevar. De este modo, el parto se desarrollará de forma fisiológica y requerirá menos intervenciones médicas.