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Dar a luz en el agua: consejos
El medio acuático favorece un parto natural, sin intervenciones, y ayuda a la mamá a afrontar mejor el dolor y a reducir sus miedos. Mi bebé y yo te explica cuáles son los beneficios de dar a luz en el agua.
El valor relajante y terapéutico del agua es bien conocido por todos nosotros. Estos beneficios están presentes en la sala de partos cuando introducimos una bañera de agua caliente. Se trata de una forma maravillosa de transformar el ambiente de un hospital y de favorecer la fisiología normal del parto. El parto en el agua nos brinda el calor y la intimidad que son fundamentales para no alterar el proceso biológico, y permitir que el parto se produzca de una manera natural y sin precipitaciones.
Muchos beneficios
• El agua caliente relaja los músculos, induce la creación de ondas alfa cerebrales relajantes y disminuye la producción de adrenalina, hormona que endurece el cérvix y retrasa la dilatación. Por este motivo, el agua acorta el período de dilatación.
• El agua también contrarresta la fuerza de la gravedad y reduce la estimulación sensorial, aumentando la producción de endorfinas, hormonas cerebrales que disminuyen la sensación de dolor y hacen olvidar el paso del tiempo. Cuando la mujer se sumerge en el agua, se aísla, libera su organismo de controles externos, deja de estar pendiente del exterior, libera sus movimientos, penetra en sus sensaciones, conecta primordialmente con su bebé y puede olvidar todo lo demás. Asimismo, el medio acuático ayuda a las mujeres a lograr un estado de conciencia en el cual su temor y su resistencia disminuyen.
• Por último, el agua reduce los índices de medicalización durante el parto y disminuye la incidencia de intervenciones rutinariamente utilizadas en la atención obstétrica. La bañera ayuda a las mujeres a llevar mejor el dolor y supone una alternativa a la anestesia epidural.
Los requisitos
Para dar a luz en el agua, se deben reunir una serie de requisitos: edad gestacional de entre 37 y 42 semanas, presentación cefálica del bebé, ruptura espontánea de membranas y existencia de contracciones. Los asistentes al parto son observadores privilegiados del nacimiento, y testigos del efecto mágico del agua. Los bebés humanos recién nacidos cuentan con poderosos reflejos de buceo y se adaptan perfectamente a la inmersión, impidiendo que se trague líquido (conservan este reflejo durante los seis primeros meses de vida). Al mismo tiempo, el bebé recibe oxígeno a través del cordón umbilical. El parto debe y puede ser la mayor experiencia en la vida de la mujer, y debemos hacer todo lo posible para que esto sea así.
Algunas recomendaciones:
• La temperatura del agua debe mantenerse a 37ºC o menos, pero sin que se note frescor.
• Es recomendable que la bañera sea grande y profunda.
• El momento más favorable del baño es cuando se han alcanzado los cinco centímetros de dilatación.
• Mientras se está en la bañera, es bueno beber líquidos, para no disminuir la liberación fisiológica de oxitocina.