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Disnea o dificultad respiratoria del bebé
27 Apr 2014
La dificultad respiratoria del bebé o disnea puede producirse en diferentes ocasiones. Te explicamos en qué situaciones a tu bebé le puede costar respirar.
Una ligera dificultad respiratoria (también llamada disnea) puede tener lugar en diversas situaciones o cuando el niño está enfermo, como, por ejemplo, cuando está resfriado. Sólo en casos más raros, la disnea puede ser tan intensa que sea necesario llamar inmediatamente al médico, tanto porque pone en peligro la vida misma del pequeño como porque puede ser la señal de una enfermedad importante.
Sin embargo, existen situaciones en las que el niño puede sufrir dificultades respiratorias incluso graves. Son las siguientes:
- Inhalación de un cuerpo extraño, cierta o sospechada.
- Laringoespasmo: tiene lugar cuando la laringe se contrae hasta el punto de que no permite el correcto flujo de aire en los pulmones. En estos casos, hay que llevar al niño al baño y abrir todos los grifos de agua caliente, con el fin de que inhale una buena cantidad de vapor de agua. Sin embargo, si el niño inhala una buena cantidad de vapor de agua, sigue respirando mal y se muestra muy abatido, el consejo es someterle cuanto antes a una visita pediátrica.
- Parada respiratoria persistente: lo primero que hay que hacer es llamar al 112.
- Parada respiratoria transitoria (apnea): en el lactante, hasta los tres meses de vida del bebé, pausas respiratorias de duración inferior a seis segundos se consideran normales; pausas más prolongadas, aunque sin cianosis o hipotonia, requieren la intervención del pediatra.
Cuándo dirigirse al pediatra
La opinión del pediatra es necesaria si el niño respira más rápidamente de lo normal (taquiapnea) y, al mismo tiempo, está presente alguno de estos síntomas:
- El niño respira fatigosamente.
- Emite silbidos o ruidos cuando respira.
- Tiene fiebre. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la fiebre afecta a la respiración: por cada grado de fiebre, la frecuencia aumenta en seis respiraciones por minuto.
- El tórax parece oprimido.
- La respiración es muy ruidosa y no mejora después de haberle limpiado la nariz con una solución fisiológica o agua de mar.
- Se tiene cualquier duda.
Cuándo hay que ir a urgencias
Hay que dirigirse a un centro de urgencias cuando:
- Los paros respiratorios son prolongados y el niño se pone cianótico.
- La respiración es muy lenta y débil.
- Los paros respiratorios son persistentes.
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