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Rodilla valga en el niño
Cuando el niño tiene la rodilla valga, suele decirse que tiene las piernas en forma de X. Pero ¿en qué consiste exactamente este trastorno? ¿Cómo identificar un choque de rodillas problemático? ¿Qué tratamiento existe para la rodilla valga?
Los defectos de la rodilla del niño, y como consecuencia de la posición de las piernas, son bastante frecuentes en los niños pequeños y son la expresión de fases normales de su crecimiento. En la mayoría de los casos, estos defectos de la rodilla del niño no son permanentes y se corrigen conforme el niño se acerca a la adolescencia.
(Te interesa: Pies: los defectos más frecuentes en los niños)
¿Qué es la rodilla valga?
El término de rodilla valga, o "genu valgo", designa la postura en la que las rodillas del niño se tocan, mientras los pies están separados entre ellos. En estos casos, se dice que el niño tiene las piernas en forma de X.
En general, este trastorno se atenúa espontáneamente en torno a los 8-10 años de edad. Y es que, a esta edad, las piernas del niño se enderezan, progresivamente, para asumir la forma normal en la edad adulta.
Solo en casos muy raros, la rodilla valga se debe a graves patologías neuromusculares. Otras veces, los pies del niño están distanciados únicamente porque el niño tiene sobrepeso, hasta el punto de que el volumen de los muslos hace imposible que las rodillas se unan. Raramente, puede ocasionar un defecto en la estructura ósea.
Cómo identificar un choque de rodillas problemático
En el caso de que el niño, en torno a los 8-10 años, siga presentando esta postura o bien si, con las rodillas juntas, la distancia entre los tobillos supera los 8 centímetros, y este hecho no se debe al sobrepeso ni a un defecto a la hora de correr, hay que valorar si el trastorno es pasajero o bien se debe a algún tipo de patología. También debe levantar sospechas si el pequeño presenta dolor en la cara interna de las rodillas o en la planta de los pies y la situación persiste. En estos casos, es conveniente consultar a un especialista para descartar cualquier patología neuromuscular.
Por ejemplo, existen enfermedades metabólicas que cursan con trastornos en la osificación. Tal es el caso de enfermedades de origen renal como el raquitismo hipofosfatémico, que deja secuelas especialmente en la rodilla.
También habría que descartar que se trate de una displasia esquelética. Se trata de un trastorno congénito del desarrollo de los huesos, que hace que los niños tengan muy baja estatura y tengan afecciones múltiples de los huesos.
Tratamientos y soluciones para la rodilla valga
En los casos más leves, es suficiente con reforzar los músculos de la pierna del niño. En este sentido, resulta muy útil el uso del triciclo.
Siempre que el defecto se deba a un exceso de peso del niño, se debe intentar reducirlo con una correcta alimentación del niño y la práctica de ejercicio físico o de un deporte.
También se deberá controlar si el niño, al sentarse, adopta posturas incorrectas.
Solo si el especialista encuentra una patología, puede ser necesario aplicar aparatos específicos durante la noche.