Un niño termina hospitalizado en la UCI tras recibir cuatro diagnósticos erróneos

Una familia de Jerez de Frontera, en España, ha sido víctima de una presunta negligencia médica y, aunque no nos gusta dar este tipo de noticias, pensamos que es importante dar a conocer estos casos para evitar que vuelvan a ocurrir y para que todos tomemos consciencia de que ocurren.

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En el caso de esta familia, su hijo de 3 añitos sentía un fuerte dolor en el pecho y sus padres lo llevaron hasta cuatro veces a Urgencias para saber qué tenía. El médico que los atendía les dijo que no era nada grave, que se trataba de un fuerte resfriado. Y recibieron este diagnóstico hasta en cuatro ocasiones.

Tenía neumonía y pasó días en la UCI

Finalmente, los padres consiguieron que el niño fuera revisado por su pediatra de cabecera que, nada más de verlo, pidió su traslado inmediato al hospital, donde le hicieron varias pruebas: radiografías y analísis, que en Urgencias no le habían hecho. Por suerte, le hicieron dichas pruebas, pues fue gracias a ello que le diagnosticaron neumonía y edema pulmonar.

El diagnóstico, así pues, era mucho más grave de lo que sostenían los médicos de Urgencias. De hecho, el pequeño tuvo que ser intervenido de inmediato y pasó un tiempo ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde recibió antibióticos. Ahora, por suerte, ya está en piso. Su último diagnóstico es favorable, aunque tendrá que seguir hospitalizado unos días más.

'Hay que hacer pruebas'

El padre del niño, Jesús, explicó en declaraciones a los medios de comunicación que estuvo 10 días enfermo y que los médicos de Urgencias les decían que la causa del dolor que el niño sentía en el pecho debía ser la tos, consecuencia del resfriado. Por suerte, Jesús y su mujer no se dieron por vencidos y lograron que su pediatra los visitara, lo que probablemente salvó la vida del niño.

"Todos los médicos nos dicen que una neumonía no es difícil de detectar, pero hay que hacer pruebas", dijo Jesús, algo que no hizo el médico de Urgencias. De hecho, su caso pone de manifiesto algo que todos los papás debemos tener en cuenta: que si sospechamos de una negligencia médica debemos insistir en que hagan todas las pruebas a nuestros hijos para asegurarnos de que el diagnóstico no sea grave o que, si lo es, se actúe debidamente. Es una vergüenza que errores y males diagnósticos como este se den tan a menudo... ¡Pedimos más pruebas y más rigor profesional! ¡Es la vida de nuestros hijos la que está en juego!

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