Errores a la hora de acostar a tu hijo: cómo evitarlos
Errores a la hora de acostar a tu hijo: cómo evitarlos
9 Sep 2024
Las dificultades para quedarse dormidos de algunos niños pueden resultar extenuantes para algunos papás. Expertos en sueño infantil han identificado seis errores frecuentes que los papás y las mamás cometen a la hora de acostar a su hijo. ¡Conócelos y evítalos!
Un 40 % de los niños tiene dificultades para dormir de forma regular. Para prevenir y corregir gran parte de los problemas de sueño, los padres pueden introducir algunos sencillos cambios en la rutina de los pequeños.
Los 6 errores más comunes que dificultan el sueño del niño
Acostarlo demasiado tarde
Los niños de dos años duermen 40 minutos menos que los niños de la misma edad de dos generaciones atrás.
Como consecuencia tienen más dificultades para dormir, les cuesta hacer las siestas y se desvelan en mitad de la noche, según explica el pediatra Weissbluth, autor del libro "Hábitos de sueño sanos, niño sano".
Cuando el niño ya no es un bebé ni es lactante, es conveniente establecer unos horarios fijos para ir a la cama. Ten presente que los niños necesitan de 10 a 11 horas de sueño.
Depender del movimiento de un balancín, el coche, etc.
Debes evitar el uso del movimiento como forma de dormir a tu hijo. En cambio, sí puedes utilizarlo para calmarlo.
Demasiados estímulos en la cuna
Si el niño tiene demasiados juguetes en la cuna o en la cama, puede que le distraigan. Es recomendable crear un ambiente tranquilo, sin ruidos ni luces muy intensas, sino más bien en penumbra u oscuridad. No en vano, el exceso de luz puede bloquear la producción de melatonina, la hormona que favorece el sueño.
Muchas veces, debido al mismo cansacio, no somos constantes y consistentes en el mensaje que transmitimos a nuestros hijos. La constancia es importante en el sueño de nuestros pequeños, ya que de esta manera podremos crear unos hábitos de sueño saludables.
Generar una relación positiva con su habitación y su cuna o cama es ideal para que éste sea un ambiente donde tu hijo se sienta cómodo para pasar toda la noche.
Intenta que tu hijo pase ratos del día en su habitación jugando o realizando alguna actividad agradable, y no que, por el contrario, únicamente sea el lugar donde va a dormir.
Decidir de antemano si quieres o no que tu hijo comparta tu cama generará un mensaje claro y será beneficioso para todos en la familia.
Si tu decisión ha sido que el niño duerma en su propia habitación, y a mitad de la noche empieza a meterse en tu cama, llévalo tranquilamente de vuelta a su cama y, si es necesario, quédate un ratito acompañándole en su habitación, hasta que se relaje. En este caso, evalúa qué tal es su relación con su habitación e intenta reforzar lo positivo que es dormir en su ambiente de sueño.
Por supuesto, existen algunas excepciones, como cuando está enfermo o hay tormenta y tiene miedo.
Paso de la cuna a la cama demasiado temprano
Antes de cumplir los tres años, muchos niños aún no están listos para abandonar sus cunas. Hasta esta edad, los niños necesitan la contención que ofrece la cuna.
La cuna tiene límites visibles en forma de barandillas, pero, para que un niño pequeño entienda que tiene que permanecer dentro de una cama, tiene que ser capaz de entender claramente que los bordes de la cama representan las barreras.