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El bebé no consigue dormir solito, se despierta continuamente por la noche, le duele la pancita, pide de comer, tiene miedo a la oscuridad... Estos son algunos de los trastornos del sueño que más afectan a un bebé y que pueden convertir el sueño en una preocupación para los nuevos papás.
Entender qué trastorna al bebé y actuar correctamente en las diferentes circunstancias es el sistema más seguro para ayudarlo a recuperar su ritmo natural del sueño sin que caiga en los malos hábitos.
Todo es demasiado nuevo para él. Ha pasado del útero materno a un mundo desconocido. El pequeño tiene que habituarse a los estímulos externos: se despierta a menudo y llora sin motivo aparente.
Hay que transmitirle seguridad. Para ayudarle a tener sueño, permanece junto al pequeño y transmítele seguridad y confianza. No tengas miedo de cargarlo en brazos y ponértelo al pecho, si lo consideras necesario.
A continuación, vamos a explicarte los motivos más comunes que suelen provocar problemas para dormir en los bebés. De todos modos, recuerda que los bebés tienen su propio temperamento, que no son una "unidad estándar", así que existe mucha variabilidad en su forma de dormir y en sus hábitos concretos. ¡Ten paciencia y siempre consulta a tu pediatra ante cualquier duda!
Su vida sigue los ritmos de los horarios de la comida; es normal que cuando se le retira la toma nocturna, el pequeño se despierte reclamando la leche.
Retrasa todo lo posible la hora de la última toma nocturna.
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El llanto nocturno es característico de los primeros tres meses de vida. Esta crisis indica que el pequeño empieza a percibir la diferencia entre el día y la noche, y esta novedad le inquieta.
Acúnalo dulcemente, deja que se desahogue y se dormirá de puro cansancio.
Un resfriado, dermatitis del pañal, fiebre... Los pequeños problemas de salud que le ponen nervioso.
En la fase aguda de la enfermedad, se puede llevar la cuna a la habitación de papá y mamá, si es que no comparten con él la misma habitación.
Estas molestias son frecuentes entre las tres semanas y los tres meses y se deben a los cólicos del lactante, típicos de los primeros días. Desaparecen espontáneamente a partir de los tres o cuatro meses.
Masajéale la pancita en el sentido de las agujas del reloj y, para combatir las crisis más intensas, consulta al pediatra.
El cambio debido a la vuelta al trabajo de la mamá tiene una repercusión sobre el estado de ánimo del niño.
Informa a la persona que se quede a cargo del pequeño (niñera, guardería, abuelos...) de los horarios habituales de las tomas y del sueño del bebé, y organiza tus horarios de manera que puedas pasar el máximo tiempo posible con él.
Alrededor de los ocho o nueve meses, el pequeño empieza a advertir la presencia o la ausencia de mamá y papá.
Transmítele ternura y seguridad, explicándole que sus papás están con él.
Este temor se manifiesta alrededor de los dos años, cuando el pequeño empieza a desarrollar una gran imaginación.
No sirve de nada ponerte a "buscar monstruos" para demostrarle que no están. Lo mejor es explicarle que está seguro, y que sus papás están ahí para ayudarlo y tranquilizarlo.
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¿Crees que tu bebé duerme bien? ¿Tienes o has tenido algún problema de hábito de sueño con tu pequeño? ¡Déjanos tu comentario!
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