Consejos para cuidar a tu mascota cuando es cachorro

 A todos los padres, tarde o temprano, se les hace la fatídica pregunta: ¿tener una mascota? Y luego, ante las dudas y vacilaciones escuchan: "¡Te aseguro que yo lo cuido!". Pero nos preguntamos, ¿a qué edad realmente puede un niño empezar a cuidar al gato o al perro en casa? ¿Qué tareas se le pueden confiar?

Hay que reconocer sus necesidades

Empecemos por el gato, cuyo manejo es menos exigente que el del perro. «Antes de los ocho años yo diría que las tareas del niño pueden ser sobre todo de control -el plato de comida está vacío, el depósito de agua sucio- o como máximo el ayudante de los padres», dice Roberto Macario, veterinario, especialista en mascotas no convencionales.

"El pequeño puede colaborar en operaciones manuales sencillas, como llevar o recoger el plato de comida, cuya gestión, no obstante, corresponde a los padres. En este sentido, efectivamente, es importante que el niño esté formado desde el principio sobre cuáles son las necesidades nutricionales del gato. Sobre todo si vive en interior, es probable que el animal tenga muy pocas posibilidades de quemar calorías y que el aburrimiento lo lleve a buscar comida extra.

Si luego es castrado, puede experimentar una mayor sensación de hambre. Sin embargo, complacer esta tendencia, quizás ofreciéndole “botanas” o crocantes 'fuera de su recipiente, puede ser extremadamente dañino para su salud".

Cepíllalo suavemente

Incluso la operación de cepillado requiere un poco de entrenamiento. «El padre debe mostrar al niño cuál debe ser la presión adecuada del cepillo, la dirección del cepillado y, sobre todo, debe enseñarle a interpretar correctamente los mensajes del animal, como cuando, por ejemplo, está diciendo “basta”. ¡Ya no quiero que me toquen!”, observa el especialista. “Un accidente en el camino, sobre todo al principio, correría el riesgo de romper la relación con el gato».

Limpiar la caja de arena: una tarea para 'grandes'

“Aunque se trate de un animal controlado desde el punto de vista veterinario y por tanto sin problemas de salud, la gestión de arena con las heces es una operación delicada”, subraya el experto. "Antes de los 9-10 años, es preferible que las funciones del niño se limiten a controlar e informar a los padres, cuando, por ejemplo, el arenero está sucio o se ha derramado la arena. A partir de los 10 años, cuando su concepto de higiene sea un poco más 'sólido', el niño será capaz de ocuparse de la limpieza por sí mismo".

Cosas que debes saber cuando vayan de paseo

A diferencia del gato, al perro hay que sacarlo varias veces al día y una tarea que al niño le importa mucho es, por lo general, solo el paseo: llevar a su amigo de 4 patas con correa lo hace sentir importante y lo llena de alegría. Pero, ¿a qué edad podemos dejar que lo hagan de forma segura? «Mucho depende del contexto -en un parque o en la ciudad- y de la raza del perro, si es pequeño o grande, porque en este caso es fácil que el pequeño se caiga al primer tirón».

«Pero hay un punto en el que insisto mucho cuando me traen un cachorro, sobre todo si hay niños en la familia. Y esa es la utilidad de seguir un camino de educación con un instructor con tu mascota. Ayudará al perro a aprender las reglas básicas y comprender, por ejemplo, que si le dices "¡para!" en el semáforo no debería lanzarse en medio de la calzada tal vez para perseguir a un gato. Pero también y sobre todo ayudará a quienes lo conduzcan a poder interpretar las señales que el animal les está enviando. Un gran bostezo, por ejemplo, no significa que nuestro amigo tenga sueño, pero es un indicador de malestar. Las orejas echadas hacia atrás, pegadas a la nuca, son un claro signo de estrés que se desvía hacia la agresividad. Más que una cuestión de edad, es importante que el niño sepa reconocer este lenguaje y se comporte en consecuencia si está solo y fuera de casa”.

La correa adecuada

¿Y qué hay de la correa? ¿Cómo elegirla para que sea apta para perros, pero también para niños? En general recomiendo utilizar aquellas con arnés en forma de H, que dejan la correa un poco menos tensa, favoreciendo los movimientos de los 4 patas. Eso implica, sin embargo, que el perro no tira", continúa el veterinario. “Por otro lado, no es aconsejable el uso de correas que se estiran, porque no permiten el control del animal, sobre todo si es un niño quien lo sujeta”.

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Nunca es demasiado pronto para hablar de respeto

Ya alrededor de los dos o tres años, los niños generalmente muestran interés por las tareas de cuidado del animal que realizan su madre y su padre. “Aunque todavía no es posible encomendarles tareas, aún podemos hacerlos participar, explicándoles paso a paso lo que estamos haciendo y por qué», aconseja Roberto Macario. “Nunca es demasiado pronto, de hecho, para enseñarle que cuidar a un animal es algo hermoso, que debe hacerse con mucha atención y respeto”.

¿Más fácil?

Conejo, hámster, pez: ¿los animales pequeños son más fáciles de manejar? De hecho, ellos también tienen necesidades específicas. Para los peces, por ejemplo, la dieta, la limpieza y el control de la temperatura del agua requieren mucha atención y no se pueden delegar por completo en los niños.

Jugando juntos pero siempre seguros

Por supuesto, nuestro hijo tendrá muchas ganas de jugar con la mascota. ¿Cómo hacer que estos momentos sean agradables para ambos y que no impliquen ningún riesgo? «Con el gato, es mejor preferir actividades divertidas con objetos», sugiere Roberto Macario. «Basta un corcho atado a un hilo para verlo dar saltos y emboscadas. Nunca, en cambio, agites los dedos delante de él: especialmente los pequeños del niño pueden ser vistos por el gato como presa.

En cuanto a los perros, las actividades a proponer pueden ser variadas: más sueltas si estás al aire libre, más tranquilas en casa. Sobre todo en juegos competitivos, como tirar los extremos de una cuerda entre sí, es bueno que el padre no pierda de vista la situación, que debe estar siempre bajo control y nunca tomar un tono exasperado.

Infórmate bien antes de elegir

Antes de adoptar un animal, especialmente un perro, es importante entender sus características y preguntarse si sus necesidades son compatibles con el estilo de vida de la familia. «El manejo de un perro puede variar mucho, dependiendo de la raza», subraya Roberto Macario. “Por ejemplo, un Border Collie, que necesita al menos 3 horas de actividad física diaria, puede ser ideal para una familia donde uno de los padres trabaja desde casa y quizás haya adolescentes que puedan jugar con el animal una vez que regresen de la escuela, mientras que lo es menos para aquellas con niños pequeños.

De nuevo: algunos padres están convencidos de que, con un niño de pocos años, es mejor adoptar un perro pequeño, pero no necesariamente es así. El carácter importa más que el tamaño. También evaluamos si conviene adoptar un cachorro o un perro o gato ya adulto, que ya tiene un carácter definido.

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¿Qué decirle a un niño antes de adoptar una mascota?

«Es importante que el pequeño entienda que tener un perro o un gato es un compromiso de por vida: dependerá de nosotros para sus necesidades, desde que es un cachorro hasta que es viejo. Y esto a veces implicará alguna renuncia. Adoptar un animal es un gesto de amor que requiere conciencia y responsabilidad".

Alimentación

Dar de comer a tu amigo es un buen momento de interacción para el niño, a quien le gustaría hacerlo varias veces. Sin embargo, un error común no es solo sobrealimentarlo, sino ofrecer los alimentos equivocados. Le explicamos al pequeño que no se le deben dar sus galletas al conejito, que no es bueno para él.

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¿Qué puede enseñar el cuidado de un animal?

“Sobre todo, el niño aprende a respetar a todos los seres vivos, incluso a los que son diferentes a él. Algunos estudios muestran que quienes crecen con un animal desarrollan una empatía particular. El hecho de que el compromiso sea diario, entonces enseña disciplina y desarrolla el sentido de la responsabilidad».

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Y tú, ¿qué hábitos has inculcado en tu hijo para que eduque bien a su mascota?¡Déjanos tu comentario!