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Los expertos no descartan una segunda oleada de COVID-19 a principios de otoño, algo que si finalmente sucede va a encontrar un sistema de sallud más organizado, mejor preparado y más fuerte.
Sin embargo, los pediatras de la Asociación Española de Pediatría (AEP) temen que pueda producirse una situación complicada a nivel asistencial si el COVID-19 coincide con los dos virus de mayor impacto para los niños durante el otoño: el virus respiratorio sincitial y la gripe.
Asimismo aseguran que "las instituciones sanitarias deben desarrollar estrategias para asegurar la adecuada protección de los profesionales médicos, piedra angular en la detención de esta pandemia".
La coincidencia en el tiempo de una posible segunda oleada de COVID-19 junto al virus respiratorio sincitial y la epidemia de gripe preocupa a los pediatras.
Los médicos afirman que la superposición y similitud de los síntomas hace imprescindible el diagnóstico virológico rápido en el laboratorio de Microbiología. Además, la presencia de uno de los tres virus no excluye la de los otros. Si algo nos ha enseñado ya esta y otras pandemias es que las medidas preventivas de distanciamiento social, uso de cubrebocas y lavado frecuente de manos ayudan a prevenir no solo el COVID-19, sino también el resto de virus respiratorios.
Otras medidas preventivas aconsejadas por los pediatras, con objetivo de hacer frente a la que han denominado "tormenta perfecta" de virus de cara al otoño, pasan por la vacunación frente a aquellas patologías para las cuales existe ya inmunización, como es el caso de la gripe. Por lo que es importante que, llegada la temporada, se vacunen frente a la gripe las mujeres embarazadas, los niños entre 6 meses y 5 años, aquellos niños que tienen alguna patología crónica o de base y, por supuesto, el personal sanitario.
En opinión de la experta, los pediatras especialistas deberían conformar equipos multidisciplinarios, además de entrenarse, con objeto de mantenerse a salvo de contagios, practicando la puesta y retirada de Equipo de Protección Individual (EPIS) y conociendo los protocolos de seguridad del hospital donde desarrollan su labor.
En este nuevo orden hospitalario merece la pena prestar especial atención a aquellos pacientes pediátricos especialmente vulnerables por sus patologías previas o crónicas, con ellos deberá priorizarse siempre que sea posible la consulta vía web o telefónica de alta resolución y multidisciplinar. En caso de que estos pacientes deban acudir presencialmente al hospital, lo correcto sería que no deambularan por el centro y que su estancia fuera lo más breve y eficiente posible.
Otro punto que ha destacado es la necesidad de cubrir aquellas necesidades de rehabilitación, atención temprana, etcétera, que durante la primera oleada quedaron en suspenso, así como los posibles efectos psicológicos y de estrés que esta prolongada situación puede causar en los más pequeños.
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