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El vínculo con el bebé desde el embarazo
¿Te gustaría saber cómo comunicarte de una forma equilibrada con tu deseado bebé desde las primeras semanas de gestación? Te lo explica la "coach" experta en pareja y familia, Raquel de Diego.
Desde la concepción en el embarazo, no sólo se comparte un espacio de vida en un mismo cuerpo: las vibraciones de tu cuerpo, tu alimentación y tu estado emocional también serán parte importante en el desarrollo de tu embarazo.
Inicio de vida
Cuando medimos el tiempo de vida de una persona, tomamos como referencia el día de su nacimiento. Sin embargo, existimos como un ser independiente desde el mismo momento de la concepción. Por eso, es importante tener en cuenta las necesidades emocionales de la madre y del bebé, desde que la mujer queda embarazada. Varios son los estudios que nos confirman la importancia del estado emocional de la mujer embarazada para la salud del feto.
A partir de las 13 semanas, el futuro bebé percibe las vibraciones y los gorgoteos del vientre de su madre, como primeros sonidos. Y tanto los latidos de su corazón, como los de su madre, serán sus compañeros durante el tiempo que pase en el útero. El futuro bebé escucha las conversaciones y la música del exterior como sonido distorsionado, pero con mayor facilidad en las notas graves de la música y las consonantes de las palabras.
Durante el último trimestre, el feto deberá prepararse para la vida fuera del útero y percibe el dolor. A partir de la semana 26, pasa la mayor parte del tiempo durmiendo y, el tiempo restante, permanece alerta a cualquier ruido externo, o a cualquier estímulo amenazante (mostrando el reflejo de protección, estirando y apartando los brazos y las piernas).
La influencia emocional
El ritmo cardíaco y la presión sanguínea de la madre están directamente relacionados con su estado emocional. Si está tensa y estresada, el corazón aumentará sus latidos y subirá la presión sanguínea. Aunque el bebé tiene su propio torrente sanguíneo, la presión sanguínea de mamá pasa rápidamente a través de la placenta y afecta al bebé. Los efectos fisiológicos del estrés atraviesan la placenta y, cuando la madre haya calmado su ritmo cardíaco, aumentará el del bebé.
Esta simbiosis entre el estado emocional de la madre y su bebé ya desde el útero hace plantearnos cómo cuidar de la salud emocional del bebé antes de su nacimiento, desde el propio cuidado emocional de la mamá. Por lo que se debe procurar que este estado emocional sea lo más equilibrado posible y evitar preocuparse en exceso.
¿Cómo cuidar las emociones?
Sería saludable relajarse, hacer actividades que hagan sentir bien a la futura mamá, rodearse de personas que transmitan cariño y seguridad y, aprovechando que quizás el oído sea el sentido más desarrollado del feto, acompañar una buena comunicación son sonidos, canciones, música y todos los mensajes de amor que ella quiera dedicarle.
Las emociones, e incluso los pensamientos de una madre, afectan directamente la “configuración” de la mente. Es importante, a la vez, cuidar de las relaciones con los demás, en especial con la pareja, ya que el estilo de comunicación que se emplea a diario con la pareja, o con personas dentro de un vínculo especial, será fácilmente un reflejo de cómo pueda darse la comunicación a la hora de afrontar la crianza.
Tener un hijo es la más maravillosa de las experiencias y vale la pena vivirla en toda su intensidad con todos nuestros sentidos abiertos, con toda su carga emocional, ya desde la gestación, y desde una perspectiva positiva.
Raquel de Diego. Coach especialista en pareja y familia
Puedes seguirla en www.conciliafam.com
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