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El niño tarda en hablar: qué debes controlar
¿Cuándo empezará el niño a pronunciar las primeras palabras? ¿Y cuántas palabras debería saber en las distintas etapas del crecimiento? Cada niño tiene su propio ritmo. Así puedes valorar sus progresos.
Viviana Castro
Fonoaudióloga Esp. Neurodesarrollo e Integración Sensorial.
Supervisión científica.
Uno de los aspectos del crecimiento que más preocupa a los papás es el desarrollo del lenguaje, que, algunas veces, parece manifestarse con retraso respecto a las etapas que se consideran “normales”.
Puede darse el caso de que el bebé, con un año y medio, pronuncie pocas palabras y se exprese preferentemente con gestos, mientras que el hijo del vecino, a los 13 meses, ya “charle” sin parar.
Cómo podemos ayudarle
Alarmarse es comprensible, pero, en la mayoría de los casos, la preocupación está injustificada. Piensa que el pequeño tiene el mundo entero por descubrir, ve las cosas pero no sabe cómo se llaman. Por eso, es tan importante que los padres hablemos mucho con nuestros hijos, les contemos cuentos y nos esforcemos por explicarles todo lo mejor posible.
Muchas veces en el día a día, no tenemos espacios para hablar con nuestros hijos o pensamos que, al no tener respuesta, seguramente no nos están entendiendo. Entonces, evitamos intentarlo. Pero ¿quién dijo que la comunicación es solo hablar sin parar y sin tiempos de espera para contestar? Una buena comunicación debe tener tiempos de espera, que es lo que más nos cuesta, pues queremos que los niños nos contesten al instante sin titubear y, al ver que se toman su tiempo, contestamos por él o seguimos con otra cosa.
Aprender un idioma tan amplio como el nuestro requiere tiempo, paciencia y constancia… Te doy un ejemplo: cuando aprendes otro idioma, como el francés o el inglés, ¿tú lo hablas y luego lo escuchas? ¿O primero escuchas, asocias las palabras (bed – cama, libre - libro) y luego, poco a poco, empiezas a repetir lo aprendido? Y ahora vamos al momento de contestar… Cuando una persona con otra lengua como las ya mencionadas te pregunta algo, ¿tú contestas sin balbucear o te tomas tu tiempo en pensar como expresar dicha respuesta para que la otra persona te entienda? Recurres a tu memoria y al poco vocabulario que tengas presente.
Lo mismo le sucede a nuestros peques. Por ello, es tan importante hablarles, contarles lo que haremos durante el día, el lugar donde trabajamos, qué haremos de cenar, qué ingredientes o materiales necesitamos para realizar algo propuesto, etc. Todo este vocabulario, conceptos y comprensión el bebé lo va interiorizando, aunque no te conteste de inmediato. Luego, en sus juegos de roles con sus muñecos favoritos, empezará a practicar o al intentar aprender una canción.
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Además de los cuentos, una de las armas más poderosas que tenemos los padres y madres son las canciones. A través de la música, los niños tienen la capacidad de memorizar y, con el tiempo, reproducir aquellos sonidos que les hemos enseñado previamente y que, algún día, relacionarán con objetos y acciones.
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Por lo tanto, es imprescindible que los padres nos volquemos en dar nombre a todo lo que nos rodea, hablándoles, explicándoles todo cuanto podamos y entendiendo que tienen un universo por descubrir delante de ellos.
Etapas del lenguaje
- Descubre qué aspectos debes tener en cuenta para valorar el desarrollo del lenguaje de tu pequeño: si, en la edad que especificamos, el desarrollo del lenguaje de tu hijo es inferior al que indicamos, consulta a su pediatra.
- De seis a 12 meses. No se comunica con gestos (como señalar los objetos), o bien a través de las expresiones del rostro.
- A los 10 meses. No aparece la lalación o se manifiesta raramente y con poca variedad.
- A los 18 meses. Tienes la impresión de que al niño le cuesta comprender las palabras de uso familiar.
- A los dos años y medio. El vocabulario del niño no alcanza las 50 palabras producidas y todavía utilizas el “lenguaje de bebé” para comunicarte con él, porque le cuesta interactuar en una conversación.
- A los tres años. No logra pronunciar las palabras con claridad y le cuesta producir frases compuestas por sujeto, verbo y complemento directo.