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Embarazo y lactancia: sí al café, pero con moderación
No existe ninguna correlación entre la cafeína ingerida por la mamá y los despertares nocturnos del recién nacido. Lo demuestra una investigación brasileña.
Parece ser que una tacita de café durante el embarazo o la lactancia no causa trastornos de sueño en el bebé. Otra leyenda desmentida: tomar una dosis moderada de cafeína no provocaría agitación en nuestro bebé. Es la teoría de una investigación brasileña publicada en la revista Pediatrics, que, después de un profundo análisis de los pros y los contras, no encontró pruebas suficientes como para prohibir este pequeño vicio a mujeres embarazadas y mamás recientes.
El método seguido por los investigadores ha tenido en cuenta las costumbres de 4,200 mujeres que dieron a luz en la ciudad de Pelotas, Brasil. En el momento del nacimiento, todas las mujeres contestaron una encuesta sobre su consumo de bebidas a base de cafeína durante los nueve meses.
La investigación fue repetida tres meses después, preguntando a más de 800 mujeres que daban el pecho una serie de datos sobre el sueño de sus bebés en los 15 días anteriores: cuántas horas dormían de día y de noche y cuántas veces se despertaban. Contrastando los datos, los estudiosos llegaron a la conclusión que sí había relación entre quienes consumían más cafeína y los despertares de los bebés, pero que esta relación no era bastante fuerte como para tener un valor estadístico, es decir, podía depender también de otros factores.
Entonces, vale la regla del sentido común: sí al café, pero con moderación. También porque una dosis exagerada de cafeína afectaría sobre todo al descanso de la mamá, justo cuando más lo necesita.