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¿Sabes qué es un eritema solar?
Los rayos solares pueden producir una inflamación si la piel está expuesta durante mucho rato al sol. Esta inflamación, también conocida como eritema solar, se puede prevenir fácilmente. Te explicamos cómo.
El eritema solar es una inflamación producida por la exposición excesiva a los rayos solares. Lo esencial para prevenir este transtorno es evitar el sol en las horas críticas y proteger la piel del pequeño.
¿Cómo se manifiesta?
La piel de los niños absorbe los rayos solares en mayor cantidad que la de los adultos, porque el proceso de producción de melanina (pigmento que protege la piel) es más lento en los pequeños. En los niños, además, la capa córnea que actúa de barrera contra los agentes externos es más delgada. Cuando este trastorno se manifiesta con manchas rojas, acompañadas de una fuerte sensación de comezón, estamos ante una quemadura de primer grado, el típico eritema solar. Si aparecen ampollas llenas de líquido, junto con dolor e irritación, se trata de una quemadura de segundo grado. El eritema solar se puede distinguir estirando la piel entre dos dedos: si se pone blanquecina, es que existe un eritema.
¿De qué forma se puede prevenir?
El niño debe tomar el sol entre las siete y las once de la mañana, y a partir de las cuatro de la tarde. Es imprescindible el empleo de un filtro solar de protección elevada, que también se aplicará alrededor de los ojos, los párpados, las orejas, la nariz y los labios. Permanecer debajo de una sombrilla no garantiza una protección completa contra los rayos ultravioleta. Lo mismo sucede cuando el cielo está cubierto, ya que las nubes dejan pasar hasta el 80% de los rayos.
¿Qué hacer en estos casos?
El enrojecimiento puede remediarse con la aplicación de compresas de agua fría y bicarbonato, o bien con un buen producto para después del sol. No hay que perforar las ampollas, sino dejar que se sequen de manera natural, ni aplicar remedios caseros. Si aparecen amplias zonas con ampollas, o el niño presenta síntomas de un golpe de calor, se debe acudir al médico. En el primer caso, se le aplicarán gasas medicadas, que limitan el riesgo de infecciones y favorecen la regeneración de la piel.