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¿Dieta astringente para niños con diarrea?
Durante muchos años, a los niños con diarrea aguda se les recetaba una dieta astringente, e incluso se les dejaba de dar pecho en caso de ser bebés, para tratar de evitar que la diarrea empeorara. ¿Tiene sentido seguir esta dieta tan restrictiva?
La dieta astringente para niños trata de limitar la fluidez y la abundancia de las heces, impidiendo también que se pueda irritar su intestino, y tiene como objetivo evitar que la diarrea aguda empeore. Los alimentos de esta dieta son la sopa de arroz o zanahoria, el pescado blanco hervido, y la papilla de manzana con gotas de limón, lo que convierte a la dieta astringente en un menú aburrido.
¿Es aconsejable la dieta astringente para niños?
La Asociación Española de Pediatría no tiene claro que la dieta astringente para niños sea de utilidad. De hecho, hace años que un grupo de expertos demostró que lo más sensato es volver a una alimentación normal en cuanto el niño, o el bebé, dé muestras de tener apetito. El mejor consejo, para los casos de diarrea, es dejarse guiar por el apetito y el tipo de alimento que se desea comer.
La realidad es que la dieta astringente no consigue mejorar la consistencia ni reducir la frecuencia de las deposiciones. Además, las diarreas infantiles suelen durar de tres a siete días, se siga una dieta astringente o no.
También se recomendaba evitar tomar productos lácteos para evitar la lactosa, lo que en el caso de los bebés en periodo de lactancia suponía dejar de dar el pecho. Hoy en día se sabe que hacerlo puede ser contraproducente para el bebé, ya que la leche materna es beneficiosa para su sistema inmunitario.
A modo de resumen podemos decir que, un niño con diarrea aguda, puede comer lo que comía antes de sufrir este trastorno, una práctica más recomendable que eliminar alimentos de su dieta.
La dieta astringente para niños puede ser perjudicial
Este cambio en los alimentos, además de no acortar la duración y los efectos de la diarrea, puede afectar el equilibrio de su alimentación, principalmente, por la falta de energía, y a su sistema inmunitario, que todavía es delicado. La dieta astringente, al ser insípida y monótona, puede afectar también al apetito del niño, además de los propios efectos de la diarrea, y no aporta los nutrientes necesarios para que el intestino se repare correctamente.
Uno de los principales problemas de la diarrea es la deshidratación, por la pérdida considerable de agua y minerales. Los ojos hundidos, la falta de alegría, la ausencia de orina, la sequedad en la boca o la falta de lágrimas al llorar son señales de deshidratación. En caso de producirse debemos seguir las recomendaciones del pediatra para la rehidratación del niño.