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¡Adiós al pañal en verano!
Abandonar el pañal y empezar a utilizar la bacinica puede parecer un gran reto para los niños. Sin embargo, la llegada del buen tiempo te lo pone más fácil. Te damos algunos consejos.
El niño no debe vivir el "adiós" al pañal como una imposición o una exigencia de la que dependa la satisfacción y el contento de los padres. Todo lo contrario: el pequeño debe estar motivado y afrontarlo con ganas, como un paso más en su crecimiento del que estará orgulloso.
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Para empezar, no tiene sentido recordarle la bacinica a cada hora, porque el pequeño no debe vivirla como una imposición. Lo mejor es proponer una cita diaria con el baño. Después del desayuno puede ser un buen momento, ya que los intestinos se ponen en marcha tras la primera comida. Pídele que se siente en la bacinica durante unos minutos y durante el día recuérdale que te avise si quiere ir al cuarto de baño. El control del intestino se suele adquirir antes que el de la vejiga. Tanto es así que, en la mayoría de los casos, el niño seguirá mojando la cama durante mucho tiempo de noche, incluso hasta los 4-8 años.
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Premiarlo y no regañarlo
Aunque se produzcan momentos de estancamiento o regresión, no hay que regañarlo. Sin embargo, tampoco hay que mostrar indiferencia. Lo mejor es animarlo y hacerle comprender que abandonar el pañal es inevitable. Cuanto más tranquilo y tolerante sea el clima familiar, mejor.
Es importante valorar su esfuerzo y premiarlo con pequeñas recompensas, como una excursión especial o su plato favorito. En cualquier caso, el mensaje que el niño debe recibir es:"Puedes conseguirlo". Librarse del pañal es algo natural, que ocurre de forma espontánea en todos los casos. Y los papás deben esperar con paciencia y confianza el tiempo que el niño necesite.