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Evita las etiquetas en la educación de tus hijos
¿Sabes hasta qué punto puede dañar y limitar la autoestima del niño el estar marcado con una etiqueta como "el gracioso" o "la responsable"? La coach Raquel de Diego, especialista en pareja y familia, te explica cómo evitarlo.
Las etiquetas son marcas que nos acompañan a lo largo de nuestra vida. Podemos tener etiquetas que nos identifiquen, pero los papás y las mamás desconocen hasta qué punto puede dañar y limitar la autoestima de los hijos el hecho de estar marcados con una etiqueta que parece imborrable aunque pasen los años. Por eso, se aconseja educar aceptando que son mucho más de lo que vemos.
¿Qué establece mi etiqueta?
Para hablar de etiquetas, podríamos comenzar preguntándonos: ¿guardo alguna etiqueta de mi infancia?, ¿cómo ha afectado esa etiqueta en mí? La autoestima que hayamos ido desarrollando desde nuestra más temprana infancia repercutirá en nuestro día a día en la edad adulta. Si potenciamos una autoestima equilibrada en nuestros hijos/as, estaremos ayudando a que sean niños y niñas felices y a que cada día aprendan un poquito más sobre cómo son.
Educar desde la aceptación
Para educar desde las emociones, no es suficiente tratar con amor, sino también habrá que incorporar la aceptación a la fórmula de su educación. Por mucho que nos guste que nuestros hijos se parezcan a nosotros en determinadas cosas, no podemos esperar que actúen de la misma manera.
¡Fuera etiquetas!
¿Y cómo se consigue? Evitando etiquetas, del tipo: “Eres un egoísta”, “Eres torpe”.
Y apuntando hacia su actitud, para que el mensaje sobre lo que queremos decir sea más claro y dé la posibilidad de cambio y aprendizaje: “No me ha gustado esto que has hecho, sé que lo puedes hacer mejor”. Y en todo caso, dejar claro que, aunque hagan cosas que no nos parecen adecuadas, los seguimos queriendo: “Te quiero todos los días, cuando haces cosas que me gustan más, o que me gustan menos”.
Ayudará a hacerlos sentir que no los hemos dejado de querer por hacer ciertas cosas. Es importante recordar que se les quiere por ser quienes son, no por lo que hacen.