El principal objetivo de los padres es hacer niños felices. Tener miedo, ser agresivo, compartir o ser feliz es algo que se hereda, pero que también se aprende.
Cuando el entorno es feliz, los niños aprenden a su vez a ser felices, como un niño que, desde bebé, nota que importa a sus padres, que atienden a sus balbuceos, sus necesidades y que cuidan su educación, su alimentación o sus cuidados más básicos.
Los niños felices son capaces de desarrollar y afrontar cualquier tarea que se les presente a lo largo de sus vidas.
Claves para conseguir tener niños felices
- Desarrollar una actitud de gratitud y reconocimiento, mostrando respeto por las cosas, enriquece el crecimiento en el entorno familiar de los niños, así como favorece su estabilidad mental.
Una educación positivista del mundo hace que los niños sean más seguros y crean más en sí mismos. Una persona positiva controla mejor su mente, interpreta mejor la realidad y es capaz de alcanzar una felicidad plena.
- Las etiquetas perjudican y limitan el desarrollo de la identidad de los niños por lo que, en lugar de regañar diciendo que es un niño malo, es mejor decirle que es un niño bueno, pero que se está portando mal.
- Además de no etiquetar, es importante no dramatizar, educando a los niños para que den el justo valor a cada cosa y puedan aprender a diferenciar los detalles importantes de la vida.
- Los logros personales hacen a los niños felices ya que, según los psicólogos, los niños son más felices cuando consiguen sus objetivos por méritos propios.
- Asimismo, es importante desarrollar la autonomía de los niños, dejando que jueguen solos o que hagan algunas tareas sencillas del hogar.
- También es importante educarlos para que desarrollen su inteligencia emocional, siendo capaces de regular y controlar sus emociones para resolver los problemas pacíficamente.
Niños felices por edades
- Hasta que los niños cumplen los 2 años, sus experiencias, como aprender a hablar o a andar, están llenas de afecto y, a través de su memoria, pasan a formar parte de su personalidad.
- A partir de los 2 años, los niños disfrutan siendo observados con cariño, ganando fuerza en su educación los elogios y las muestras de aprobación de las personas que aprecian.
- Con 7 u 8 años, aparecen el orgullo y la vergüenza.
- Hacia los 10 años, empiezan a darse cuenta que deben controlar sus sentimientos.
- Como padres, debemos tener en cuenta que la felicidad es algo subjetivo, y los factores que influyen en la felicidad incluyen todo lo que nos rodea, nuestras necesidades y también la genética heredada.