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"Pienso en las tres fases de la luna y en las tres etapas de la vida de una mujer: creciente, llena y menguante, y entonces advierto que la luna pasa por una fase final del ciclo; la luna menguante de la anciana va perdiendo definición, hasta que desaparece y se convierte en la oscura luna nueva. Esta oscuridad es el misterio que sobreviene al final de la etapa de anciana de nuestras vidas".
La psiquiatra Jean Shinoda Bolen nos acerca al arquetipo de "la mujer sabia", a la tercera fase de la vida de una mujer que se inicia tras la menopausia. En el libro Las Brujas no se quejan, la autora hace una preciosa introspección en la vida de una mujer como si se tratara de una obra de teatro en tres actos, tres indicadores biológicos: la menarquia, la menstruación y la menopausia, tres fases de la diosa antigua: doncella, madre y anciana, y tres fases lunares: creciente, llena y menguante.
Al llegar al tercer acto de la vida, la mujer actual no cuenta con modelos a seguir, ya que los cambios sociales y económicos la dejan sola con su instinto para crearse una vida nueva, según sus posibilidades y personalidad. Clarissa Pinkola Estés definiría esta fuerza de vida como "mujer salvaje" en su obra Mujeres que corren con los Lobos. Ambas autoras prestan su voz para que las brujas no se quejen, para que no se amarguen.
Las brujas saben que estas cualidades tardan muchas lunas en ser cultivadas, por eso antes de llegar a la luna oscura, la Diosa Antigua representada en la doncella, la madre y la anciana, se manifiesta mensualmente en las tres fases lunares: creciente, llena y menguante insuflando su aliento, su calor y su amor.
María Cicuéndez Luna es Periodista, Maestra de Reiki (Usui Shiki Ryoho), Terapeuta de Sonido, Cristaloterapia y Esencias Florales.
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