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Te explicamos la importancia de llevar el sujetador adecuado, algo que parece sencillo pero que no lo es.
Llevar el sujetador adecuado no sólo favorece nuestra figura en conjunto con la ropa exterior, sino que también puede aliviar dolores de espalda, dolores en los senos, durezas, marcas en la piel, hendiduras en los hombros, etc.
La talla de sujetador viene compuesta por dos tipos de información: las medidas del contorno del tórax y el contorno del pecho (34A, 36C, 30B, etc.).
La parte numérica se toma midiendo con una cinta métrica por debajo del pecho. La medida que se obtiene deberemos redondearla hacia arriba o hacia abajo hasta llegar a un múltiple de 5. Por ejemplo, si medimos 73, deberemos redondear a 75.
La letra expresa el contorno de la copa o contorno del pecho, pero ésta no es una medida que siempre pueda calcularse tan sólo con una cinta métrica, no es matemática. Por ello, lo mejor es acercarse siempre a una tienda especializada, ya que, para saber cuál es la talla correcta no basta con solo medirnos.
Lo que definitivamente nos dará la talla correcta es el chequeo de determinados puntos una vez el sujetador esté puesto. No sólo se trata de encontrar la talla, también debemos encontrar el modelo que mejor se adapte a las características de nuestro pecho.
Existen cinco puntos que nos darán las claves para saber si el sujetador que llevamos es correcto o no:
Debemos tener en cuenta que el pecho es una masa de tejido adiposo no muscular de volumen y proporciones variables, que puede cambiar con nuestro estilo de vida, la práctica del deporte, las dietas o los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo. El aumento de los niveles de estrógenos y progesterona en el embarazo aumenta el desarrollo glandular y las mamas se vuelven turgentes y aumentan de tamaño. La talla de sujetador variará y se deberá acudir a una tienda especializada para que nos vuelvan a tomar las medidas y renovar nuestra lencería.
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