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¿Cómo potencializar el desarrollo de los niños con síndrome de Down?
El síndrome de Down es un trastorno genético en el que el bebé nace con un cromosoma extra. Esta variación provoca retrasos en el desarrollo físico y se considera la causa más común de retraso leve a moderado. A continuación, te sugerimos algunas actividades para potencializar el desarrollo de un bebé con síndrome de Down.
Para entender el síndrome de Down o trisomía 21 (porque la copia extra es la de este cromosoma), primero hay que saber que se manifiesta de forma diferente y en distintos grados dependiendo del individuo, así como de los estímulos que tenga a su alrededor. Por lo tanto, no hay una forma de determinar cuál será el grado de retraso mental en el niño.
Actividades que contribuyen al desarrollo de los niños con síndrome de Down
De forma general, un bebé con síndrome de Down debe tener los mismos estímulos sensoriales que cualquier otro niño: hay que establecer contacto visual con él; acercarle juguetes llamativos y acordes con su edad; hablarle o cantarle mientras lo bañamos o le damos un masaje, etc. A su ritmo, el pequeño irá respondiendo a esos estímulos y empezará a conocer el mundo que le rodea.
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Estas son algunas actividades que estimulan varios procesos, físicos y mentales, que se ven afectados en la trisomía 21:
“Aserrín, Aserrán, los maderos de San Juan”
Un juego que ayuda a la motricidad gruesa para ayudar al bebé a que sostenga su cabeza, ya que uno de los síntomas del síndrome de Down es la hipotonía, es decir, la falta de tono muscular.
Primero debes empezar de a poco y seguir bien los pasos para no lastimar al bebé. A partir de los 3 meses, los bebés empiezan a erguir la cabeza, así que ese puede ser un indicio para comenzar con este ejercicio. Si tienes dudas, siempre consúltalas con el pediatra de tu hijo:
- Nivel 1: el bebé estará acostado y tu labor será levantarlo tomándolo de los hombros para sentarlo a 90°. La idea es repetir el ejercicio cantando “Aserrín, Aserrán, los maderos de San Juan”.
- Nivel 2: si el pequeño ya balancea menos la cabeza, intenta levantarlo tomándolo de los brazos.
- Nivel 3: tómalo de las manos y ayúdalo a sentarse. El objetivo es que pueda sostener su cabeza por sí solo cuando lo levantes.
IMPORTANTE: No dejes al niño en una posición de forma prolongada para no forzar los músculos. Los movimientos deben ser suaves.
Un juego o juguete a la vez
Es común que los niños con síndrome de Down tengan problemas para mantener la atención, por lo que hay que cuidar el número de juguetes o estímulos que tiene alrededor.
Lo ideal es que, si vas a jugar con él, se concentren en una sola actividad. Por ejemplo, pueden construir con bloques, pintar o, si ya camina, ofrecerle una pelota para que la patee.
La actividad física constante, así como mantener la mente del niño activa, preguntándole su nombre o leyéndole cuentos, contribuirá en gran medida a su desarrollo.
El libro de las emociones
Dentro de los síntomas del síndrome de Down, se mencionan conductas impulsivas y descontrol en las emociones, principalmente el enojo o la ira, pues conforme crece, el pequeño podrá notar sus limitaciones y empezará a compararse con otros niños.
Por ello, el reconocimiento y la validación de las emociones desde una edad temprana es fundamental. Un libro de las emociones, elaborado con sus propios dibujos, puede ser una guía muy útil para empezar a reconocer lo que siente y qué es lo que le ayuda a pasar de una emoción desagradable a una que lo haga sentir tranquilo o le genere placer.
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Construye este libro con él y pregúntale cómo se siente cuando lo abrazas, qué siente en el cuerpo y cómo lo dibujaría. Repite las preguntas con las emociones desagradables o incómodas.
Un bebé con síndrome de Down requiere de tu cuidado, apoyo y contención, sobre todo cuando sienta que no puede lograr algo. Es tu deber ayudarlo a superar sus miedo y limitaciones con los estímulos adecuados, y proporcionándole las herramientas necesarias.