Es posible que los niños que tengan la sensación del oído tapado se encuentren mal u oigan un ruido constante. Este trastorno es muy habitual en niños y te explicamos qué pasos seguir.
Aina Bastús Audioprotesista, Logopeda. Responsable Pediátrica de Audika España. Supervisión científica.
En algunos casos, el oído puede sufrir trastornos cuyo origen no son ni virus ni bacterias, como en el caso del oído tapado.
Síntomas en el bebé
Estos son los principales síntomas de que el bebé o el niño tienen un oído tapado:
El niño que tiene el oído tapado presenta un malestar y puede tener la sensación de oír un ruido constante.
A menudo, la capacidad para expresar estas sensaciones queda comprometida por la corta edad del niño, y puede que notemos que la comprensión queda afectada o que necesita el volumen más alto de la televisión o tablet.
Si el oído tapado viene por un exceso de cerumen dentro del conducto auditivo externo, en momentos como la hora del baño del niño, podemos encontrarnos con que el cerumen se hincha y produce una pérdida de audición repentina, ya que obstruye el canal de entrada de aire y sonido natural. Por tanto, en ese momento, pueden aparecer los zumbidos, la sensación del oído tapado y a veces cursar con dolor.
Causas del oído tapado
Las principales causas de una sensación de oído tapado pueden ser:
El resfriado común. Todas estas causas se deben a la acumulación de mucosidad y líquido en el oído medio. Sobre todo muy presente en niños que sufren otitis de repetición o que presentan unas adenoides inflamadas o hipertróficas.
En otros casos, el problema se debe, sencillamente, al exceso cerumen. Las glándulas situadas a lo largo del canal que conecta el oído externo con el medio segregan una sustancia ceruminosa llamada cerumen. Su color va del amarillo claro al marrón oscuro y contiene una sustancia química que elimina los gérmenes, retiene el polvo y protege las membranas del conducto auditivo.
El cerumen tiene una función protectora en el oído y no indica falta de higiene, por lo que es importante no eliminarlo sin antes consultar con un médico especialista. Es más, si se intenta extraer, podemos correr el peligro de acumular el cerumen al final del conducto auditivo y provocar muchas molestias.
El canal auditivo ya está hecho de forma que lleva a cabo una acción de autolimpieza. El cerumen se expulsa hacia el exterior a través de los movimientos de masticación. Su cantidad y el tiempo que emplea en ser expulsado varían de persona a persona.
Los niños suelen acumular más exceso de cerumen porque el conducto auditivo es demasiado estrecho. En especial, aquellos niños usuarios de audífonos o que tienen tendencia a sufrir infecciones repetitivas en las vías respiratorias altas (nariz y garganta).
Qué podemos hacer los padres ante un oído tapado
El método más sencillo es intentar mantener una buena higiene del pabellón auricular y de la entrada del conducto, con una gasa o pañuelo limpio, para retirar los restos de cerumen que de forma natural expulsa el cuerpo.
Si el exceso de cerumen provoca una pérdida de audición transitoria, el médico especialista puede recomendar el uso de un líquido limpiador del conducto auditivo externo. Se suele introducir un cuentagotas alrededor de 2-3 veces a la semana, dependiendo del exceso de cerumen y el tamaño del conducto.
Sin embargo, cuando existe la sospecha de que el tímpano puede estar perforado como consecuencia de una otitis o de la introducción de un objeto extraño, nunca se debe tratar de extraer el cerumen introduciendo agua o líquido en el oído. Por lo que es de vital importancia que, aunque estos productos de limpieza se pueden adquirir sin receta médica, sea un médico especialista u otorrinolaringólogo que prescriba este producto.
Atención: es muy peligroso intentar extraer el cerumen introduciendo en el oído cuerpos extraños: pinzas, palillos, hisopos... De este modo, se obtiene el efecto opuesto y se empuja el cerumen aún más hacia el interior, corriendo el riesgo de dañar el tímpano. Tampoco se pueden utilizar las uñas, pues podría causar heridas en el oído del niño. Ni introducir tapones de algodón con el fin de "protegerlo", pues se favorece más el endurecimiento del tapón de cerumen.
Cómo prevenir el oído tapado
Para prevenir que el oído se tapone, se puede recurrir a las siguientes estrategias.
No utilizar algodón o hisopos para limpiar el conducto auditivo. Es la principal causa de los tapones de cerumen.
Después de nadar en el mar o en la piscina, hay que facilitar la salida de agua del pabellón auditivo, inclinando la cabeza hacia un lado o utilizando una gasa o papel absorbente sobre la entrada del conducto.
Cómo proteger los oídos de tu bebé
A continuación, te proponemos 10 consejos para proteger y prevenir cualquier problema en nuestros oídos:
Mantén las orejas limpias y secas después de cada baño.
No utilices hisopos o elementos punzantes para secar los oídos.
Acude a piscinas y playas cuyas aguas no estén contaminadas. Este hecho puede causar otitis.
Recuerda zambullirte poco a poco, para evitar la entrada brusca de agua en el oído.
Utiliza protectores a medida, como los tapones que impiden la entrada de agua, y prevenir, así, problemas auditivos.
En los viajes de larga distancia, mastica chicle o bosteza. Así evitas que los oídos se taponen por los cambios de presión.
Si viajas en avión, es conveniente descongestionar la nariz y beber mucha agua durante el vuelo.
Evita bucear a más de un metro de profundidad.
Ten especial cuidado con el uso del aire acondicionado. Podrás prevenir una otitis media.
Evita la exposición prolongada a ruidos fuertes y a corta distancia. Por ejemplo, el de los conciertos, pirotecnia o fiestas populares, o el de las atracciones de las ferias. En estos eventos, se superan fácilmente los 65 decibelios, el nivel máximo de ruido recomendado por la OMS.
Aina Bastús
