En otoño, empiezan a descender las temperaturas y el contraste térmico (mediodías cálidos y noches frías) se agudiza, sobre todo, durante los primeros días de paso de una estación a otra.
Durante este proceso de cambio es importante que tomes algunas medidas para garantizar el bienestar del bebé y evitar que note los contrastes de temperatura.
5 consejos para la llegada del otoño
- Evita exponer el bebé a cambios bruscos de temperatura. Con el agudo contraste propio de finales de septiembre y octubre, en que hace calor durante el día y frío por la noche y al amanecer, debes proteger a tu pequeño. Procura abrigarlo cuando sea necesario, pero no lo hagas de forma excesiva. Por otro lado, trata de salir a pasear durante las horas del día en que el contraste térmico se nota menos.
- Observa si se encuentra a una temperatura adecuada. Para saber si el bebé tiene calor o frío, ten presente que su temperatura corporal se controla en la nuca y en el cuello. El mecanismo de termorregulación del recién nacido aún no está del todo desarrollado, con lo cual algunos signos (sudor o manos frías) pueden hacerte equivocar.
- El ambiente en el hogar debe estar a una temperatura adecuada de unos 20C. Una atmósfera demasiado seca impide al organismo del lactante expulsar de manera correcta las impurezas, a causa de la obstrucción de la nariz.
- La epidermis del bebé debe gozar de una correcta protección e hidratación, para evitar que el viento afecte su delicada piel. Existen cremas hidratantes específicas para tu pequeño.
- Para evitar posibles resfriados resulta fundamental reforzar sus defensas. La lactancia materna y, posteriormente, la introducción de los alimentos adecuados según su edad, garantizarán el bienestar alimentario del bebé, pero no le salvarán de un resfriado. Existen algunos alimentos que le aportan las vitaminas extra que se necesitan para esta época del año. Si tienes dudas al respecto, debes consultar al pediatra.
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¿Cómo encaras la llegada del otoño con tu peque? ¿Te parecen útiles estos consejos?