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La elección de un buen zapato para bebés es fundamental para el desarrollo de sus pies. Hasta que el niño cumple los tres años, el pie está en constante transformación, por lo que requiere unos cuidados y un tipo de calzado adecuado a su edad, que garantice su correcto crecimiento.
Por eso, en este artículo, te explicamos qué características tiene que reunir el calzado del bebé para evitar lesiones en sus pies y no interferir en su desarrollo fisiológico de la estructura, qué pasa con el desarrollo del arco interno, cómo elegir la talla correcta y cuándo deben cambiarse por otros zapatos.
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En primer lugar, hay que tener en cuenta que la mitad de la longitud total que alcanzará el pie del niño cuando llegue a la edad adulta se producirá en torno a los 12 y 18 meses de edad. Asimismo, la mitad de la estatura del adulto se alcanza a los dos años y la mitad de la longitud de los miembros inferiores, entre los 3-4 años.
El crecimiento tan rápido que experimenta el pie de un niño requiere cambios frecuentes de calzado. Por ello, hay que estar pendientes, ya que los niños no refieren dolor o molestias cuando el calzado les va quedando pequeño.
Por tanto, el niño necesita zapatos que se adapten progresivamente a las sucesivas etapas de su desarrollo, que son las siguientes:
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Es necesario recordar que no se debe calzar con zapatos a los niños hasta que no comiencen a caminar. Y es que la suela, aun siendo flexible, dificulta el movimiento tan amplio que presenta el pie del niño y le impide que pueda tocarse los pies y explorar su propia sensibilidad.
Por otro lado, el reflejo de Babinsky está presente en condiciones normales en los recién nacidos hasta los 12 meses de edad. Este reflejo se presenta después de que se ha frotado la planta del pie. Entonces, el dedo gordo se mueve hacia arriba o hacia la superficie superior del pie, mientras que los otros dedos se abren en abanico. Por ello, tampoco es conveniente que el niño lleve una suela en dicho período, aunque sea muy flexible. Sería más adecuado un calcetín como protección frente al frío y dejarlo desnudo cuando las condiciones lo permitan.
A las cuatro semanas de embarazo, aparece un primordio o prolongación de donde se desarrollará la extremidad inferior y, a partir de él, el pie del niño, en torno a la séptima semana de vida del feto. La conformación de la estructura del pie, que influirá en su función dinámica durante la marcha, la carrera o los saltos, se va adquiriendo conforme el niño crece.
Los lactantes presentan un pie plano, es decir, "fisiológico", ya que se encuentra dentro del desarrollo típico propio de edad en la que se encuentra. El aspecto aplanado del pie se debe a una combinacion de gran cantidad de panículo adiposo en el tejido celular subcutáneo de la almohadilla grasa plantar, que oculta el arco interior del pie, y la laxitud articular que le confiere un exceso de flexibilidad. Esto hace que colapse o descienda al arco interior.
Por ello, muchos padres recurren a calzado cuyas plantillas inferiores presentan un soporte en el arco interior, con el fin de favorecer su aparición, sin ser necesario. Y es que, en este caso, la literatura científica ya ha referido la ineficacia de las plantillas inferiores, y son otros los motivos los que pueden dificultar su adquisición.
Otro motivo de consulta es si los zapatos deben presentar otras piezas, como el tacón de Thomas para compensar la postura del pie. En la actualidad, esto ya no es necesario, ya que es preferible prescribir soportes plantares (plantillas) con aditamentos encaminados a la compensación de la funcion alterada. Dichos soportes plantares siempre deben ir prescritos por personal sanitario capacitado para ello.
Por otro lado, existen estudios que establecen una asociación entre el número de horas diarias de uso del calzado del bebé y el desarrollo del arco interno. Es mejor menos horas de uso de calzado promedio al día. Por ello, los niños pueden caminar descalzos o con calcetines en casa. Para evitar roces con objetos o muebles, y traumatismos en dedos y uñas, o posibles accidentes, deberían usar tenis infantiles.
A la hora de elegir los zapatos del bebé, se deben tener en cuenta unas sencillas normas:
Dña. María de los Ángeles Serrano Moreno. Podóloga en Centro Médico Complutense (Grupo Virtus).
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