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Elige el ginecólogo ideal
¿Quieres encontrar el médico que mejor se adapte a tus necesidades? Pide una visita para discutir el modo de asistencia que te gustaría recibir durante el embarazo y el parto. ¡Verás si están en la misma onda!
Es una figura de referencia, te ayudará durante todo el embarazo y, probablemente, también estará presente cuando des a luz a tu hijo. Pero entre tantos ginecólogos, ¿cómo elegir a uno? Es importante que sepa comprender tus necesidades y que puedan establecer una buena relación de confianza.
Los criterios de selección son muchos, pero, en todo caso, antes de decidir, lo mejor es siempre encontrar al candidato, hablar con él, exponerle claramente nuestras expectativas y sin complejos plantear todas las dudas que tengamos; todo esto nos ayudará a conocernos mejor. El mero hecho de que se preste a una charla de acercamiento es una muestra de cuidado y respeto hacia tus deseos. Mientras charlan, presta atención a cómo se expresa: ¿utiliza un lenguaje sencillo y se hace entender o se comunica en una jerga especializada y distante?, ¿estás a gusto o te genera alguna inseguridad?
Luego, durante la entrevista, también toma nota de su despacho: ¿está en un ambiente limpio y cómodo?, ¿el equipo es nuevo?, ¿la higiene es la adecuada?
¿En qué área trabaja?
Algunos médicos tienen más experiencia en el tratamiento de la infertilidad, otros, en el embarazo normal y los hay especializados en otras áreas particulares. No todos los especialistas que siguen la gestación están también disponibles para la asistencia al parto. Este es un aspecto que puede también depender del hospital para el que trabaje. Hay médicos que trabajan únicamente en la sanidad pública, otros, en la privada y algunos en las dos. Por lo tanto, es aconsejable preguntar acerca de su disponibilidad para estar presente en el nacimiento y los hospitales en los que puede atendernos.
¿Qué pruebas rutinarias se prescriben?
Raramente los ginecólogos se limitan a solicitar sólo aquellos exámenes requeridos por el protocolo para controlar un embarazo fisiológico. Cada especialista tiene sus preferencias: hay quienes requieren más pruebas de laboratorio, como el hemograma o los chequeos mensuales de anticitomegalovirus, y los que insisten en la flujometría doppler, una ecografía de los vasos sanguíneos fetales y maternos.
Es un derecho de la mujer embarazada el poder hablar con su médico acerca del aspecto de la atención y expresarle su voluntad al respecto. Por ejemplo, prácticamente todos los ginecólogos tienen ya una máquina de ecografía en su consulta y es muy común que, durante las visitas de seguimiento mensual, se realice siempre un examen ginecológico interno y una ecografía rápida. Esto puede interpretarse como un exceso de celo y la mujer tiene derecho a solicitar que sólo se realicen las estrictamente necesarias.