Educar sin GPS: "Sigue tu propio camino en la educación de tus hijos"

13 Dec 2023

Disfrutar de la crianza de nuestros hijos. Este es el objetivo del libro Educar sin GPS, del maestro Ares González, en el que nos invita a seguir nuestro propio camino en la educación, asumiendo que no somos perfectos, pero somos lo que nuestros hijos necesitan. Pero, ¿cómo orientarnos para no perder el foco en lo realmente importante? ¡Hablamos con él sobre las claves para una educación real!

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En tu libro, aconsejas a los padres educar sin GPS. ¿Qué es lo que pretendes transmitir con esta metáfora? 

El camino de cada familia es único, por lo cual no podemos hacerlo con un GPS que nos indica cómo, cuándo y de qué manera educar a nuestros hijos. Sin pretenderlo, nos vemos condicionados en la crianza por lo que dice nuestra madre, por los consejos de nuestras amigas, por las recomendaciones del último libro que hemos leído de crianza o por lo que leemos en las redes sociales.

Mi consejo es que no podemos dejar el viaje más importante de nuestras vidas en manos de terceros. Educar sin GPS te ayuda a construir y disfrutar tu propio camino.

Sin embargo, propones una brújula con seis puntos para orientarles en el camino de la educación. ¿Podrías explicarnos brevemente cuáles son estos puntos y cómo se relacionan entre ellos?

Como el GPS no es útil, necesitamos alguna herramienta para orientarnos. La gran dificultad de la crianza hoy en día es distinguir qué es importante y qué es secundario entre toda la información que tenemos disponible.

Por eso, después de muchas horas analizando las necesidades de la infancia y de la familia, diseñé la “brújula para educar”. Son seis puntos que se relacionan entre sí: presencia, cuidados, autonomía, límites, permitirles ser y bienestar familiar.

En mi trayectoria como maestro, he visto muchas familias que toman una decisión en casa para mejorar el sueño y, sin darse cuenta, van perdiendo a la pareja (con lo que cuesta recuperarla).

También, en algún momento, no estamos presentes y los límites necesarios para vivir se van diluyendo, lo que perjudica al bienestar familiar. Para poder abordar las dificultades del día a día en alguno de los puntos, necesitamos tener una visión global, porque el resto se ve afectado. Una clave: lo más importante en la educación de nuestros hijos no se compra con dinero.

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Afirmas que la presencia es la base del bienestar del niño. ¿Qué implica estar presente? ¿Importa solo la calidad del tiempo que pasamos con nuestros hijos o también es importante la cantidad?

Estar presentes implica pasar tiempo con nuestros hijos y también cómo nos relacionamos con ellos. Su seguridad y su bienestar se establecen a través de la disponibilidad y nuestra respuesta como padres o madres a sus necesidades. Esto puede generarnos culpa o presión. Nada de eso, nuestros hijos no nos necesitan perfectos; nos quieren tal y como somos, con nuestros defectos y nuestras virtudes.

Se habla mucho del tiempo de calidad, que es importante y necesario. Lo que no solemos tener en cuenta es que nuestros hijos nos necesitan como figuras de referencia estables a diario. Los niños están en la escuela y, después, con las agendas tan difíciles que tenemos, pasan una tarde con mamá, otra con papá, otra con la abuela, otra con una cuidadora, y son muchos cambios de referentes. Los niños necesitan también continuidad en el tiempo, no solo calidad.

Explicas que, para que nuestros hijos se desarrollen completamente, necesitan que les cuidemos. Pero, ¿es posible cuidar de nuestros hijos si no cuidamos de nosotros mismos? ¿Cómo alcanzar este equilibrio?

Esta es una de las grandes dificultades actuales. Tenemos que grabarnos a fuego: “Si yo estoy bien, mis hijos también lo estarán”. Por tanto, tiene que existir un equilibrio entre las necesidades de toda la familia.

Así dicho, queda muy bonito, pero, en la práctica, es difícil por dos motivos: al principio, nos centramos tanto en las necesidades del bebé y en la maternidad que nos olvidamos del resto de lo que somos. Aunque la crianza ocupe una parte importante y maravillosa de nuestra vida, es necesario recuperar poco a poco espacios y tiempos propios.

Por otra parte, hay que cuidar los seis puntos de la brújula a la vez en la medida que se pueda. Si no, empieza el malestar, el no llego a nada, el no tengo tiempo, y toda la crianza se complica muchísimo. Siempre debe hacerse desde una actitud de aprendizaje, pues no somos perfectos ni nuestros hijos nos quieren así.

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¿Cómo podemos fomentar la autonomía de nuestros hijos? ¿Cuáles son los peligros de la sobreprotección?

Lo primero que hay que tener claro es que, para que tus hijos se vayan lejos, necesitan estar cerca de ti. Solo cuando están seguros y seguras pueden descubrir el mundo. Así que el vínculo que desarrollemos y cómo respondamos a sus necesidades condicionará todo el proceso.

Por otra parte, hay que ponerse los lentes de niño y observar qué pueden hacer. Cuando nos lo proponemos, nos sorprendemos de la gran capacidad que tienen para conquistar sus propios retos. Tu mirada acerca de lo que tu hijo puede hacer o no hacer es fundamental para que descubra, explore y crezca. 

La autonomía no se desarrolla si como padres o madres no lo permitimos. La gran dificultad es que toca con nuestros miedos: perder el control, evitar que sufra... Cuando sobreprotegemos, lo hacemos desde el amor o desde el ayudar, y no nos damos cuenta de que nuestros hijos necesitan sentirse capaces para resolver dificultades y conquistar nuevos retos. El peligro es que pierden herramientas y recursos propios que necesitarán en su día a día.

¿Por qué los límites son importantes para el desarrollo y el bienestar del niño? ¿Cómo deben ponerse para no caer en el autoritarismo o en el castigo?

Los límites son importantes porque los necesitamos para estar seguros y para poder convivir con tranquilidad. Los límites tienen dos funciones: cuidarnos para no hacernos daño física, emocional o mentalmente, y aprender las normas sociales dentro de nuestra familia o cultura.

Más importante que los límites es el marco de acción en el que viven nuestros hijos o hijas. Es una estructura invisible que se configura con las normas de la familia, el rol que tenemos en casa como padres o madres, las posibilidades del espacio, la danza entre límites y autonomía, y, por último, nuestros hábitos y rutinas.

Poner un límite tiene muchos matices, pero la regla general es ponerlo con amor y firmeza a partes iguales. Sin charlas, pocos límites, sencillos y claros. No queda otra opción que probar, equivocarse e ir mejorando, porque cada niño o cada niña es diferente.

En tu libro, nos cuentas que la base de la felicidad de niños y niñas es permitirles ser. ¿Qué necesita la infancia para poder ser? ¿Cómo podemos conectar con sus necesidades reales?

Vivimos en un mundo hecho por y para los adultos. Cada vez hay menos espacios donde los niños y las niñas puedan expresarse libremente sin “molestar”. Las ciudades y la mayoría de contextos ni están preparados ni son seguros.

Así que, cuando te conviertes en padre o madre, nos pasamos el día buscando o creando espacios, tiempos y posibilidades donde nuestros hijos simplemente jueguen, corran, piensen o socialicen. Esto que parece sencillo, no es nada habitual, porque tendemos a dirigirles y a decirles todo el tiempo lo que tienen que hacer.

Si los niños no se expresan, se van cohibiendo y van perdiendo contacto con sus necesidades reales. A la larga, esto produce efectos secundarios: estrés, irritación, problemas de salud, dificultades emocionales... Por supuesto, tiene que haber un equilibrio entre momentos en libertad y momentos dirigidos. Sin embargo, la realidad escolar y extraescolar nos dice que pocas veces los niños pueden expresarse y muchas veces tienen que mostrarse como corresponde.

Para conectar con sus necesidades, podemos recurrir a algo muy sencillo: observar y escuchar. Esto es algo que nos cuesta, porque tenemos que pararnos en nuestra ajetreada vida a mirar qué hace nuestro hijo y por qué, o qué quiere decirnos con sus palabras. Se empieza a observar desde bebés y vamos creando esta conexión tan bonita poco a poco.

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¿Cuáles son las claves para alcanzar el bienestar familiar, el último punto de la brújula?

Este es el punto que perdemos más de vista. Somos varias personas en la familia y la idea es crear un hogar donde todos seamos lo más felices que podamos. Se nos suele olvidar este equilibrio que hablábamos entre necesidades de adultos y pequeños.

Para alcanzar el bienestar familiar, ayuda cultivar nuestra red de apoyo (ya sea familiar o de amigos), reírse, jugar y tener una actitud de disfrutar, para que el ambiente en casa sea de calma. Además, no hay que perder de vista cuidar la pareja y, sobre todo, sumar en pareja, que es uno de los grandes retos de vivir en familia.

La fórmula mágica para educar es usar esta brújula un 1% cada día. ¿En qué consiste la teoría del 1% que propones?

Consiste en educar cada día un poco en cada punto de la brújula. Si no ocurre, es un 1% que dejamos de hacer y que se va sumando a medida que pasan los días. 

Reeducar es mucho más difícil que educar. Por ejemplo, si siempre haces todo en casa y no permites que tu hijo participe de la vida familiar, llegará el día en que te canses (como es normal). Cambiarlo llevará tiempo, es un 1% en autonomía que, sin querer, se ha dejado de educar, y ahora se ha convertido en un 200%. Cada día, inconscientemente, educas o no educas.

Por último, según tu experiencia como padre y maestro, ¿qué consejos darías a padres y madres para que disfruten de la crianza y la vivan de una manera positiva y sin agobios?

Vas a equivocarte; es necesario. Probablemente, te ocurra cada día. Hay que dejar a un lado el perfeccionismo y aprender por el camino. La crianza es intensa y requiere tiempo y esfuerzo, pero todo cambia en función de la actitud que tenemos. Es muy diferente pensar a diario que lo hacemos mal a pensar que estamos aprendiendo y que vamos a mejorar poco a poco. Entonces, salimos del sufrimiento y empezamos a disfrutar.

educar sin gps ares gonzalez autorAres González
Maestro y formador de educación y crianza
Autor de "Educar sin GPS"
www.aresgonzalez.es 
@aresglez

Sonia SanzSonia Sanz
Experta en información relacionada con bebés y niños, embarazo y parto, m(p)aternidad y familia.

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