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Durante la etapa preescolar y primaria, los pies de los niños están en pleno desarrollo. Un mal calzado puede provocar problemas como deformaciones, rozaduras o dolores que afecten su postura y forma de caminar. Por eso, invertir en calzado escolar de calidad es una decisión que beneficia su bienestar a largo plazo.
Dato: Según la Asociación Mexicana de Ortopedia Pediátrica, el 70% de las visitas al especialista por problemas de pies en niños se deben a un calzado inadecuado.
Los niños pasan entre 6 y 8 horas diarias en la escuela, por lo que el zapato debe ser ligero, transpirable y flexible. El interior debe estar libre de costuras que puedan rozar y causar ampollas.
Tip: Asegúrate de que haya un espacio de aproximadamente un dedo entre el dedo más largo y la punta del zapato.
El cuero natural es una excelente opción, ya que es resistente, transpirable y se adapta a la forma del pie. También existen opciones de materiales sintéticos de alta calidad, siempre que sean transpirables y duraderos.
La suela debe ser de goma o caucho, con dibujo antideslizante para evitar caídas. Además, debe tener flexibilidad en la parte delantera para permitir el movimiento natural del pie.
El talón debe ser firme, pero no rígido, para ofrecer estabilidad. El soporte del arco ayuda a prevenir problemas como el pie plano, especialmente si tu hijo es muy activo.
Los niños crecen rápido y sus pies también. Lo ideal es revisar el ajuste del zapato cada 3 o 4 meses. Si notas que se queja de dolor, que sus dedos están apretados o que la suela está muy desgastada, es momento de renovarlos.
Elegir los zapatos escolares correctos es una inversión en la salud y bienestar de tu hijo. Busca siempre comodidad, calidad en los materiales, suela antideslizante, buen soporte y un ajuste adecuado. Recuerda que un niño que camina cómodo es un niño que juega, aprende y crece feliz.
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