Montessori en casa: la experta te explica cómo crear un ambiente preparado
Montessori en casa: la experta te explica cómo crear un ambiente preparado
10 Mar 2025
Cada vez son más las madres y los padres que se interesan por este modelo educativo, que promueve la autonomía, la confianza y la libertad del niño. Míriam Escacena, guía Montessori de Comunidad Infantil, nos habla de la filosofía Montessori y de cómo podemos preparar un ambiente Montessori en casa.
¿Quieres aplicar Montessori en casa porque te encanta esta pedagogía para tu hija o hijo? ¿No sabes cómo y necesitas los consejos de una especialista en el tema? Miriam Escacena, especialista en este modelo educativo, te explica, punto por punto, cómo puedes aplicar la filosofía Montessori en tu casa y con tu peque. ¡Muy interesante!
¿En qué consiste el método Montessori?
Montessori es un tipo de educación que se enmarca comúnmente dentro de lo que conocemos como pedagogías alternativas, pero que va un poco más allá, ya que se le conoce como el método de la pedagogía científica.
Fue desarrollado por Maria Montessori durante más de cuarenta años de trabajo basándose en la observación de las niñas y los niños, y se fundamenta en tres pilares básicos: el niño, el ambiente preparado y el adulto que acompaña, que son fruto del estudio de los trabajos de dos médicos franceses: Jean Itard y Édouard Séguin, así como del pedagogo suizo Johann Heinrich Pestalozzi.
Más que una pedagogía, Montessori es toda una filosofía de vida, capaz de mirar con un profundo respeto a la infancia, de potenciar la individualidad de cada niño y admirar su mente absorbente.
No trata de imponer conocimientos desde fuera, sino que se confía en el niño que, guiado por sus ganas de conocer el mundo y por su maestro interior, es capaz de construir su propio aprendizaje.
De esta forma, se logra una conquista de su autonomía desde edades muy tempranas (es una de las cosas que más llaman la atención cuando se visita una escuela Montessori), y esto redunda en un gran desarrollo de la autoestima y de la seguridad del niño.
¿Desde cuándo se puede empezar a aplicar Montessori en casa? ¿Existe una etapa ideal?
Se puede comenzar a practicar Montessori en casa desde la primera infancia. De hecho, cada vez son más las familias que se interesan por esta forma de educar, incluso desde el embarazo, cuando empiezan a preparar la habitación del bebé y el espacio de juego.
Quizás, la etapa más bonita para aplicar los principios de esta pedagogía es la de 3 a 6 años, porque fueron las edades con las que comenzó a trabajar la propia Maria Montessori, diseñando los materiales más icónicos, como la torre rosa, y también es una edad en la que se alcanzan grandes conquistas, como el aprendizaje de la lectoescritura.
Beneficios de la crianza Montessori para niñas y niños
Desarrolla habilidades de resolución de problemas y pensamiento crítico.
Fomenta valores como la responsabilidad y el respeto por el entorno.
Promueve un aprendizaje autodirigido que puede complementarse con las prácticas culturales de nuestro planeta, como el cuidado de plantas y la participación en actividades del hogar o familiares.
¿Cuáles son los períodos sensibles de los que hablaba Maria Montessori?
Durante la infancia (0 a 6 años), existen determinados momentos en el tiempo en los que se presentan unas ventanas de oportunidad maravillosas para adquirir determinados aprendizajes con gran facilidad, de forma natural y espontánea. La explosión del lenguaje es un ejemplo perfecto.
Hacia el segundo año de vida, los niños muestran gran interés por comunicarse, gesticulan y nos hablan con esa lengua de trapo tan característica, que, aunque a los padres nos cueste entenderlos, nos encanta y nos deja embelesados. Incluso pueden aprender varias lenguas con naturalidad si se crían en una familia bilingüe o multicultural.
Sin embargo, esa plasticidad neuronal no se da siempre, se va perdiendo con los años. De adultos podemos tener mucho interés en aprender otros idiomas, ir a las mejores academias, pero no llegaremos a hablarlos como cuando los aprendemos como lengua materna. Maria Montessori habló de cuatro períodos sensibles:
Refinamiento de los sentidos.
Refinamiento del movimiento.
Orden.
Lenguaje.
Otros colaboradores hicieron más clasificaciones. Lo más importante no es discutir cuántos períodos sensitivos hay o cuáles son, sino que, como padres o educadores, conozcamos su existencia y aprendamos a intuirlos con base en nuestras observaciones.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de crear un ambiente Montessori en casa?
Maria Montessori unió la observación científica y antropológica. Por este motivo, era capaz de detectar las necesidades de los niños y actuar de forma que pudiera facilitarles el proceso de aprendizaje.
A la hora de diseñar el ambiente, es necesario detenerse a pensar cómo se va a ver desde la perspectiva del niño:debe estar todo visible y a su alcance. Todo lo que quede a una altura superior a la de su cabeza será difícilmente apreciable para él.
Un buen ejercicio que yo suelo plantear a los padres en mis cursos es invitarlos a recorrer la casa gateando. De este modo, toman conciencia de cómo se ve el mundo desde la altura del niño. También podrán revisar algunos puntos de seguridad; por ejemplo, enchufes y puertas que pudieran causar algún accidente doméstico.
¿Cómo diseñar la habitación y el espacio de juegos del bebé según la filosofía Montessori, en casa?
Es interesante tener presente que el ambiente no es algo estático, sino que va evolucionando con el desarrollo del niño.
Maria Montessori decía que las cunas tradicionales son como cárceles, en las que el niño queda relegado a mirar entre barrotes o hacia el techo, siendo totalmente dependiente de un adulto para poder salir. Por este motivo, las camas Montessori son de baja altura, casi a ras del suelo, fomentando, de este modo, la independencia y la autonomía del niño.
Los clásicos móviles fabricados en plástico que se utilizan para llamar la atención del bebé tampoco son necesarios (algunos de ellos incluso sobreestimulan con sus luces y sonidos musicales).
Se sustituyen por otros de inspiración Montessori, mucho más minimalistas, fabricados con materiales más naturales, y que, poco a poco, van educando el sentido de la vista, logrando atrapar por completo la atención del bebé con largos y sorprendentes períodos de concentración.
Respecto al resto de mobiliario, se utilizarán preferentemente estanterías para que el material pueda verse (no muebles con puertas), y, por supuesto, colocadas a la altura del niño y con un estilo minimalista (de ser posible, con un solo material en cada espacio).
También se puede acondicionar un espacio de juego que fomente el movimiento libre, ya sea con un tapete o una pequeña alfombra sobre la cual el pequeño pueda ir conociendo su cuerpo y alcanzando los hitos del desarrollo motor, tales como girar, arrastrarse, voltearse, sentarse, gatear y caminar.
A medida que el pequeño va ganando autonomía, se le pueden ir ofreciendo materiales Montessori, que, a diferencia de los juguetes tradicionales, fueron diseñados científicamente con propósitos educativos muy concretos.
Afortunadamente, cada vez es más sencillo comprar mesas y sillas de tamaño infantil para tener en casa, y eso hace la diferencia en el día a día porque estamos fomentando la autonomía del niño.
Al día de hoy, estamos acostumbrados a verlas así en las escuelas infantiles, pero, cuando el 6 de enero de 1907 Maria Montessori comenzó a trabajar en la primera Casa dei Bambini, en el humilde barrio de San Lorenzo de Roma, esto fue realmente una innovación.
Otra buena idea es conseguir una torre de aprendizaje (learning tower), que permitirá que los niños alcancen la altura necesaria para ayudarnos en la cocina o cuidar su higiene personal en el baño (llegando al lavabo para lavarse las manos y mirarse al espejo). Creo que puede ser el regalo perfecto para el primer cumpleaños.
¿Qué tipo de materiales nos pueden ayudar a la hora de aplicar Montessori en casa?
Hay que buscar materiales naturales, como madera sin pintar, canastas de mimbre, metal y recipientes de vidrio o cristal (siempre utilizados bajo supervisión del adulto), y evitar los plásticos y otros materiales industriales, ya que proporcionan una experiencia sensorial muy pobre.
La doctora Montessori decía que las manos son las ejecutoras de la inteligencia del hombre, y, gracias a la neurociencia, hoy sabemos que la mejor forma de aprender es “tocando”, ya que el aprendizaje más significativo se produce a través de los sentidos y de la emoción.
Los materiales que diseñó Maria Montessori son verdaderas obras de ingenio, ya que permiten que el niño construya su propio aprendizaje al manipularlos. Tienen incluso un control del error implícito. De este modo, atrapan por completo la atención del niño hasta que logra “solucionarlo”.
Por eso, a veces se habla de este método como la autoeducación: se confía en el niño y en su maestro interior, ya que, guiado por sus intereses y aprovechando sus períodos sensibles, logrará conquistar grandes aprendizajes.
¿Qué actividades Montessori podemos hacer con nuestros hijos en casa?
Un aspecto interesante que debemos tener en cuenta cuando queremos iniciarnos en esta pedagogía es que, en los colegios Montessori, se juntan niños de edades diferentes, normalmente, por tramos de tres años (de 0 a 3, de 3 a 6, de 6 a 9, de 9 a 12...).
En la etapa de 0 a 3 años, se da mucha importancia a alcanzar los hitos del desarrollo motor, a fomentar el movimiento libre, a todo lo que tiene que ver con la experimentación sensorial, a las presentaciones de gracia y cortesía, etc. Algunos ejemplos de materiales y actividades para esta etapa son:
En la etapa de 3 a 6 años, hay muchísimas propuestas de actividades que podemos hacer en casa. Algunas de las más icónicas son la torre tosa o la escalera marrón, para trabajar el área sensorial, los resaques metálicos, las letras de lija o la bandeja de trazado, para desarrollar el área del lenguaje, o la caja de husos y los números de lija, para el aprendizaje de las matemáticas.
No obstante, hay muchísimas actividades que podemos preparar con cosas que tenemos en casa, al estilo DIY (Do It Yourself), como una manualidad. Por ejemplo, dar una nueva vida a la ropa que le queda pequeña a nuestros hijos confeccionando unos marcos de vestir o bastidores Montessori, preparar una bandeja de trasvases con legumbres e instrumentos que podemos encontrar en nuestra cocina, fomentar que nuestros pequeños aprendan a cuidar su propia higiene personal y participar en las tareas del hogar, etc.
¿Cómo pueden las madres y los padres guiar y acompañar a los niños en la pedagogía Montessori y transmitirles sus valores?
El punto más importante es aprender a observar, y hacerlo desde una mirada pura, libre de juicios, prejuicios y expectativas. Esta es una de las grandes habilidades que desarrollan los maestros Montessori, a los que se conoce comúnmente como guías.
Los materiales Montessori nos pueden llamar muchísimo la atención, pero están pensados, sobre todo, para las escuelas, y se dividen por áreas de aprendizaje. En casa, podemos tener algunos de los materiales más icónicos, pero tenemos que aprender a presentarlos y a trabajar con ellos, y, sobre todo, conocer las bases de esta filosofía. De nada sirve gastar dinero en los materiales si no nos preparamos como adultos. Por este motivo, es importante formarnos.
De esta manera, estaremos más atentos para poder detectar sus períodos sensibles y, por tanto, ir modificando el ambiente para que el aprendizaje sea lo más significativo posible, cumpliendo la máxima de María Montessori: “No me sigan a mí, sigan al niño”.
Además de todo esto, no debemos olvidar que nosotros, los adultos, aportamos el ambiente psíquico. Por tanto, nuestra forma de tratar al niño, de estar atentos a nuestras propias emociones, cobra especial importancia.
No olvidemos el papel importante de las neuronas espejo. Por ejemplo, si estamos muy nerviosos o con cierta ansiedad, nos mostraremos más irascibles y con menos paciencia, y esto lo notan los niños.
A veces, es difícil encontrar el equilibrio entre el autoritarismo y la permisividad, y está claro que los métodos más conductistas funcionan (si se le castiga a un niño deja de hacer lo que estaba haciendo, pero, ¿entiende por qué?).
Pero, si queremos que a largo plazo nuestros hijos comiencen a desarrollar su pensamiento crítico y juicio propio, debemos detenernos a explicar las razones de los límites (que, por otra parte, son necesarios y dan seguridad), y no recurrir a la amenaza o a los premios y castigos.
En este sentido, la Disciplina Positiva ofrece grandes herramientas que encajan perfectamente con la filosofía Montessori.
Para ayudarte a conseguir las herramientas para educar y acompañar a tu hijo de una manera mucho más amable, positiva y efectiva, existe mucha bibliografía y webs especializadas que hacen una gran labor de divulgación.
Además, gracias a la tecnología, no tenemos fronteras, y cada vez hay más eventos online, como el Congreso Internacional Montessori, que ya va por su séptima edición este 2025, y que cada año reúne a expertos de diferentes lugares del mundo para compartir sus conocimientos sobre este tema.