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¿Cómo explicar a los niños la importancia del Día Internacional de la Mujer?
Las niñas y niños entenderán la relevancia del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, si conocen qué han hecho las mujeres para tener los mismos derechos y oportunidades que los hombres.
El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. Y es un buen momento para explicar a las niñas y niños que se trata de una fecha para recordar las injusticias y desigualdades que las mujeres han vivido y que todavía se siguen sufriendo en algunos países.
Es una conmemoración en la que puedes reflexionar con tu familia sobre la importancia de la mujer en la historia de la humanidad y lo que han tenido que enfrentar muchas féminas para lograr sus sueños. Los siguientes datos históricos permitirán a tu niña o niño conocer el pasado, comprender el presente y reflexionar hacia dónde queremos ir.
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¿Por qué se conmemora el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo?
Este día se recuerda a las mujeres trabajadoras de la industria textil de Nueva York, quienes un 8 de marzo de 1857 salieron a protestar a las calles por mejores condiciones laborales. Años después, ocurriría un incendio en una fábrica textilera en donde perdieron la vida más de 100 mujeres. Finalmente, en el año de 1975, la organización de las Naciones Unidas (ONU) decide establecer el 8 de marzo como el Día Internacional.
Sin derecho a elegir en las urnas
Sí, aunque suene increíble, hace muchos años las mujeres no podían votar. El derecho al voto femenino fue posible en todo México hasta el 3 de julio de 1955. Ese día algunas mujeres mexicanas asistieron por primera vez a las urnas, a una elección federal. En otros países, como Estados Unidos también fue reconocido el voto del sexo femenino desde 1920, aunque fue un derecho que sólo podían ejercer las mujeres de raza blanca. Las afroamericanas lograron hacerlo hasta 1965.
Fingir ser hombre para estudiar
¿Te imaginas tener que vestirte de hombre todos los días para estudiar? Pues así lo hizo Margaret Bulkley, una cirujana británica que tuvo que disfrazarse de hombre para ingresar a la universidad. Y no sólo eso, sino también cambiar su nombre. La adolescente tenía 14 años y fue apoyada por su madre y un tío de la familia para hacer realidad su sueño de entrar a estudiar medicina en la Universidad de Edimburgo, en donde era conocida como James Miranda Stuart Barry. Se convirtió en 1812 en la primera mujer en ingresar al Colegio Real de Cirujanos, aunque fingiendo ser hombre. Una historia que sorprende, pero que revela las desigualdades a las que se enfrentaron las mujeres hace muchos años.
Entrar al convento para no casarse
Durante la época novohispana el destino de las niñas era casarse, tener hijos y dedicarse a las labores de crianza y cuidados del hogar ¡No es broma! En ese tiempo, las mujeres solamente tenían dos opciones: el matrimonio o entrar al convento. Olvídate de querer ser abogada, bailarina, científica, profesora, o simplemente ser una mujer libre para decidir qué ser o hacer de tu vida.
Hoy ir a convento sería un castigo para algunas niñas, pero para Sor Juana Inés de la Cruz, poeta y escritora mexicana, fue su pase al conocimiento. Desde niña destacó por su inteligencia y rechazó varias ofertas de matrimonio. Ella lo que quería era estudiar, privilegio que solamente tenían las religiosas. Entonces entró al convento ofreciendo una buena dote y fue así como tuvo la oportunidad de aprender sobre ciencia, teología, astronomía, pero, sobre todo, letras.
Su verdadero nombre es Juana de Asbaje y es considerada como la escritora más importante de habla española del siglo XVII. Para que tus hijos identifiquen a esta grandiosa mujer diles que su imagen está plasmada en el billete de 100 pesos.
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Firmar con un seudónimo masculino para poder escribir
Una niña o niño difícilmente entenderá por qué una persona tendría que fingir ser otra para poder publicar un libro. Pero así fue hace tiempo. Hubo mujeres escritoras que tuvieron que firmar con un seudónimo masculino, con tal de ver publicadas sus obras literarias.
Durante años era un escándalo que una mujer escribiera poemas o novelas ya que no era una actividad para el sexo femenino. Sin embargo, las mujeres escribían y lo hacían muy bien. Entre las mujeres que tuvieron que firmar con seudónimo para que sus escritos vieran la luz, están Charlotte Brontë, quien firmaba sus trabajos como Curre Bell. Una de las novelas más importantes de esta escritora es Jane Eyre, publicada en 1847.
Estudiar solamente para enseñar
Cuando las mujeres del siglo XIX lograron ir a la escuela solamente podían estudiar para ser maestras. Una vez que lograron estudiar y posteriormente trabajar, tenían que cumplir con obligaciones que violaban sus derechos. Tenían que firmar contratos en los que se les solicitaba no casarse, se les decía cómo vestir y cómo comportarse.
Antes era difícil que una mujer pudiera sobresalir en ámbitos que no fueran la maternidad. Pero incluso hoy el maternaje se reconoce como un trabajo en el que también son responsables los hombres.
Muchos han sido los triunfos de las mujeres, por ejemplo, que haya una Valentina Tereshkova, la primera mujer cosmonauta en volar al espacio. O una Marie Curie, la primera mujer científica en ganar un Premio Nobel. Que exista una Gertrude Ederle, la primera mujer en cruzar nadando el Canal de la Mancha o que en la historia se hable de una Antonia Brica, la primera mujer en dirigir una orquesta sinfónica.
Gracias a años de lucha es posible que haya boxeadoras, pilotas de avión, jugadoras de fútbol, ingenieras, matemáticas, científicas y hasta presidentas.
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¿Qué saben tus hijos sobre el Día de la mujer? ¿Cómo piensas conmemorar este día con tu familia? ¿Qué mujeres te han inspirado? ¡Cuéntanos en los comentarios!