Cuento infantil: Pedro y el lobo

10 Apr 2023
Pedro y el lobo

¿De pequeña te habían explicado el cuento de "Pedro y el lobo"? Ahora, tienes la posibilidad de compartir este cuento infantil clásico y popular con tu hijo. Te ofrecemos la narración del cuento completo para que puedas explicárselo a tus hijos.

Los cuentos infantiles son importantísimos para el crecimiento personal del niño, ya que los relatos especialmente pensados para ellos son los que les ayudan a discernir entre el bien y el mal, y aprender ciertos aspectos de la vida que inevitablemente tendrán que afrontar de mayores. La avaricia, el egoísmo, la honestidad o la generosidad son elementos esenciales de todos los cuentos infantiles, desde los más clásicos a los más modernos.

Son sentimientos y formas de actuar que caracterizan a los distintos personajes que los protagonizan y que enseñan a los pequeños qué está bien y qué está mal. De hecho, la mayoría de los cuentos infantiles tienen una moraleja, que tiene como finalidad que el niño aprenda algo que será importante para él en su vida. Por ejemplo, en Caperucita Roja, la moraleja es que no debes fiarte de los extraños. 

¿Recuerdas el cuento clásico de "Pedro y el lobo"? Es posible que tu hijo no lo conozca. A continuación, te ofrecemos el relato del cuento completo.

Cuento infantil de 'Pedro y el lobo'

Hace mucho, mucho tiempo, había un pastorcillo que se llamaba Pedro y que cuidaba de sus ovejas en los campos de los alrededores de su pequeño pueblecito. Cada mañana, muy temprano, el pastor salía a la pradera con su rebaño y se pasaba allí horas y más horas. A menudo, mientras veía cómo sus ovejas comían, Pedro se imaginaba cosas y pensaba qué podía hacer para entretenerse y que le pasaran las horas más rápido. 

Un buen día, aburrido como estaba el pastorcillo contemplando sus ovejas, decidió que pasaría un buen rato divirtiéndose a costa de la gente del pueblo. Se acercó al pueblecito y empezó a gritar: 

- ¡Socorro, el lobo! ¡Qué viene el lobo!

Al oír los gritos de auxilio del pastor, la gente del pueblo dejó todo lo que estaba haciendo y se fue a ayudar al chiquillo. Sin embargo, cuando llegaron allí, se dieron cuenta de que se trataba de una broma de Pedro, que se reía a carcajadas. Los aldeanos se enfadaron y decidieron volver a sus casas. Cuando se habían ido, el pastor volvió a gritar:

- ¡Socorro, el lobo! ¡Qué viene el lobo!

Esta vez, la gente pensó que sería verdad y que, al presentarse el lobo feroz, el pobre Pedro necesitaría ayuda. Sin embargo, al llegar allí, se encontraron de nuevo con el pastorcillo riendo a carcajadas. Esta vez, los aldeanos se enfadaron más y se marcharon mucho más enfadados. 

A la mañana siguiente, Pedro sacó de nuevo a sus ovejas por el mismo lugar y aún se reía cuando recordaba lo que había ocurrido el día anterior. No se sentía arrepentido. Sumergido en sus pensamientos, Pedro no se dio cuenta de que se le acercaba un lobo. Cuando se dio media vuelta y lo vio, el miedo le invadió el cuerpo. Al ver que el animal se le acercaba más y más, empezó a gritar desesperadamente:

- ¡Socorro, el lobo! ¡Qué viene el lobo! ¡Qué va a devorar todas mis ovejas! ¡Auxilio!

Esta vez, sus gritos fueron en vano. Los aldeanos no creyeron a Pedro y no fueron a ayudarle. El pobre pastorcillo vio cómo el lobo se abalanzaba sobre sus ovejas, mientras él intentaba pedir auxilio, una y otra vez:

- ¡Socorro, el lobo! ¡El lobo!

Los aldeanos siguieron sin hacerle caso, mientras el pastor vio cómo el lobo se comía a sus ovejas. Entonces, Pedro se dio cuenta de que había sido muy injusto con la gente del pueblo y, aunque ya era tarde, se arrepintió profundamente y nunca más volvió burlarse ni a mentir a la gente.

FIN

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REDACTORA MI BEBÉ Y YO. Coordinadora de la sección Mujer Hoy, y experta en embarazo, bebés y niños.