La lactancia materna es la mejor elección para alimentar al bebé, pero cuando se recurre a las fórmulas infantiles, surgen muchas dudas acerca de cuál es la mejor para el pequeño.
Una fórmula infantil es aquella que permite alimentar al bebé quien, por diferentes razones, no puede recibir la leche materna o requiere de un complemento.
Actualmente hay muchos avances en cuanto a fórmulas infantiles, las cuales se adaptan a las necesidades nutricionales de los bebés; entre sus componentes se incluyen oligosacáridos, que son estructuralmente idénticos a la leche materna.
Estos oligosacáridos favorecen el desarrollo del sistema inmunológico y brindan protección contra enfermedades infecciosas, por esta razón su adición a las fórmulas infantiles ha constituido un avance importante en este sentido.
De acuerdo con un estudio realizado por la PROFECO, entre sus componentes se encuentran los derivados de la leche, concentrados de proteína, aceites vegetales, prebióticos y probióticos para la microbiota, carbohidratos, vitaminas y minerales.
Derivados lácteos. Aportan proteínas al bebé.
Aceites vegetales. Aportan grasa a la leche de fórmula.
Prebióticos. Se trata de ingredientes que estimulan el crecimiento o actividad de las bacterias buenas en el intestino del bebé. Entre ellos se encuentran los GOS o Galacto-oligosacáridos, FOS Fructo-oligosacáridos, HMO (Oligosacáridos de leche humana) y 2'-Fucosil-Lactosa.
Probióticos. Son microorganismos que aumentan el número de bacterias buenas en el sistema digestivo del bebé. Si lees el envase de las fórmulas infantiles que hay en el mercado encontrarás en las etiquetas nombres variados de Lactobacillus y Bifidobacterium Lactis.
Ácidos grasos poliinsaturados de cadena. Éstos son muy importantes para el desarrollo del cerebro, las células nerviosas y la vista del bebé, también estimulan su sistema inmunitario. Los verás con los siguientes nombres: ácido linoléico (Omega 6), ácido alfa-linolénico (Omega 3) y podrán adicionar DHA (ácido docosahexaenóico) y ARA (ácido araquidónico).
Carbohidratos. Son nutrientes que proporcionan energía al organismo. En general, las fórmulas infantiles contienen lactosa como único carbohidrato.
Vitaminas y minerales. Se trata de nutrientes esenciales que el organismo del bebé necesita para realizar sus funciones, como el desarrollo y crecimiento de huesos, piel y mucosas.
Las fórmulas infantiles generalmente están adicionadas con:
Ácido Pantoténico (B5). Ayuda a convertir los nutrientes que el lactante consume en la energía que necesita.
Biotina (H). Ayuda a producir energía en las células del cuerpo.
Cianocobalamina (B12). Ayuda a producir glóbulos rojos, ADN, ARN, energía y tejidos, también mantiene sanas las células nerviosas.
Vitaminas A, C, D, E, K. La vitamina K ayuda en el proceso de coagulación de la sangre. La vitamina D ayuda a fijar el calcio para la correcta formación de los huesos.
Niacina (B3). El cuerpo del bebé la necesita para el metabolismo del cerebro – regula el azúcar en sangre – también para la respiración celular.
Pirodixina (B6). Ayuda a mantener sanos los nervios y la piel, luchar contra las infecciones, mantener normales las concentraciones de azúcar en la sangre, producir glóbulos rojos y hacer que algunas enzimas funcionen correctamente.
Rivoflavina (B12). Es importante para el crecimiento del bebé, desarrollo y funcionamiento de las células del cuerpo.
Tiamina (B1). Interviene en el metabolismo de los carbohidratos.
Minerales como:
Sodio. Mantiene el balance de agua en el organismo del bebé y regula el volumen de sangre.
Potasio.Es un mineral esencial, ya que permite el funcionamiento adecuado de las células en todo el cuerpo.
Calcio. Interviene en la formación de los huesos del bebé.
Magnesio. Estimula los músculos del bebé al permitir que se contraigan y relajen de manera adecuada, mejora el sistema nervioso y previene el estreñimiento.
Hierro. Ayuda al cuerpo a producir hemoglobina y llevar el oxígeno a la sangre. La deficiencia de este mineral puede ser causa de anemia.
Yodo. Favorece su desarrollo cerebral. Algunos estudios indican que se observó un aumento del cociente intelectual en aquello hijos de mamás que utilizaron suplementos de yodo.
Zinc y selenio. Protegen el sistema inmunológico y mantienen las defensas del pequeño.
Se clasifican de acuerdo con la etapa en la que se encuentra tu bebé: de inicio y de continuación, así como por sus componentes y funciones.
Fórmulas de inicio
También se les conoce como fórmulas para lactantes, ya que se administran a menores de 12 meses. Sólo se debe recurrir a ellas bajo la orientación y el criterio del pediatra, quien revisará las razones para que la mamá recurra a ella con el fin de alimentar al bebé.
Deslactosadas. Indicadas para los bebés que son intolerantes a la lactosa o bien que presenten diarrea, en cuyo caso el pediatra indicará la duración en que deberá tomarla.
Hipoalergénicas. Para bebés que tengan alergias a la proteína de la leche y para aquellos que presenten sarpullido o sibilancias (silbidos al respirar) causadas por alergias.
Fórmulas infantiles a base de soya. No contienen lactosa y suelen recomendarse a los bebés que presentan una condición llamada galactosemia (afección en la cual el cuerpo no puede metabolizar el azúcar simple o galactosa).
Para reflujo gastroesofágico. Son bajas en lactosa y espesadas para ayudar al bebé con esta condición.
Para los cólicos. Formuladas para disminuir aquellos factores que pueden desencadenar el cólico del lactante. Algunas contienen menor cantidad de lactosa, la cual se sustituye por maltodextrina, que disminuye el exceso de gas abdominal.
Ahora que ya conoces más de las fórmulas infantiles puedes tomar, junto con el pediatra de tu pequeño, una decisión informada en caso de que sea necesario que recurras a ellas.
