Puedes escoger el sexo de tu bebé antes de concebirlo. Estas técnicas y creencias no están demostradas científicamente, pero en muchas ocasiones funcionan.
Se basan en el Método de los doctores Shettles y Rorvik, que consiste en el hecho de que los espermatozoides Y (niño) son más rápidos, pero viven menos tiempo que los espermatozoides con cromosoma X (niña).
A partir de esta premisa, podemos deducir que la postura sexual y el momento de la relación influyen en el sexo del bebé.
Para que tu bebé sea un niño:
- Son necesarias posturas sexuales que faciliten la penetración profunda. De esta manera, el esperma tiene menos distancia que recorrer. El espermatozoide de cromosoma Y es más rápido y recorrerá el camino en menor tiempo.
- La mujer debe permanecer recostada 30 minutos después de la relación sexual para facilitar la llegada del espermatozoide Y al óvulo. Es más rápido, si no encuentra trabas en su camino que pongan a prueba su poca resistencia, llegará antes que el de cromosoma X.
- En la relación sexual, se debe concentrar la estimulación en el placer del hombre, para que su eyaculación sea más potente. Una eyaculación potente aventaja a los espermatozoides con cromosoma Y, porque son más rápidos y se mueven con mayor facilidad en el líquido seminal.
Para que tu bebé sea una niña:
- Las posiciones sexuales que, según estas creencias, facilitan la concepción de una niña son las que la mujer se sitúa encima del hombre. En esta posición los espermatozoides deben tener la fuerza de ascender y aunque los de cromosoma Y son más rápidos, los de cromosoma X son más resistentes.
- Concentrar la estimulación en el placer de la mujer. Ella debe alcanzar primero el orgasmo.
- No es necesario que la mujer permanezca recostada después del coito porque los espermatozoides de cromosoma X son más resistentes y pueden llegar al óvulo más tarde.
(Te interesa: Qué comer para tener una niña)