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¿Qué son los pujos del parto? Guía completa sobre cómo pujar correctamente durante el parto
Los pujos son el acto de “empujar” que realiza la parturienta durante la fase expulsiva del parto. Pero ¿cómo pujar en el parto? En función de si el parto es más o menos medicalizado, los pujos pueden ser espontáneos o dirigidos. Te explicamos las diferencias.
- ¿Qué entendemos por pujos durante el parto?
- Cómo pujar en el parto correctamente: guía paso a paso
- 1. Entiende el propósito de pujar en el parto
- 2. Escucha a tu cuerpo
- 3. Técnica para pujar correctamente
- 4. Pujar de manera coordinada con las contracciones
- 5. Evita los pujos forzados o excesivos
- 6. Mantén una postura cómoda
- 7. Recibe apoyo de los profesionales
- 8. Mantén la calma y confía en ti misma
- 9. Consejos para el posparto inmediato
- ¿Qué diferencia hay entre pujos espontáneos y pujos dirigidos?
- En conclusión...
- Bibliografía
- Autor
¿Qué entendemos por pujos durante el parto?
De las diferentes fases que forman parte del proceso que acaba con el nacimiento del bebé, los llamados “pujos del parto” son los empujones que la mamá realiza durante la fase o período de expulsión, necesarios para facilitar la salida del bebé a través del canal del parto.
Tras una dilatación normal, los pujos del parto se producen de forma espontánea: la parturienta siente ganas de empujar cuando el feto presiona buscando la salida.
Cómo pujar en el parto correctamente: guía paso a paso
El proceso del parto puede ser una experiencia desafiante, pero también muy empoderante para la madre. Uno de los momentos más intensos durante el parto es el de las contracciones y, especialmente, el empuje final cuando el bebé está listo para nacer. Pujar correctamente es crucial para facilitar el parto, reducir la fatiga y minimizar las intervenciones médicas. Aquí te dejamos una guía sobre cómo pujar en el parto correctamente.
1. Entiende el propósito de pujar en el parto
Pujar durante el parto ayuda a descender al bebé por el canal de parto. Durante las contracciones, el cuerpo de la madre se prepara para empujar, y el bebé comienza a moverse hacia el exterior. Pujar de manera adecuada permite que el bebé salga de forma más eficiente y segura.
2. Escucha a tu cuerpo
El primer consejo es confiar en tu instinto. El cuerpo de la madre sabe lo que necesita hacer. Durante las contracciones, sentirás una presión en la parte baja de tu abdomen, lo que es la señal de que tu cuerpo está listo para empujar. No fuerces el empuje hasta que sientas esa necesidad.
3. Técnica para pujar correctamente
Para pujar correctamente, es importante usar los músculos adecuados y evitar el esfuerzo en el lugar equivocado. Aquí te explicamos cómo hacerlo paso a paso:
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Coloca los pies firmemente: Coloca los pies en una posición cómoda, de preferencia a la altura de las caderas. Esto proporciona una base estable para empujar con fuerza.
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Usa la respiración abdominal: Antes de comenzar a pujar, toma una respiración profunda y llena tu abdomen de aire. Asegúrate de que tu respiración venga de la zona baja de tu abdomen, no solo del pecho.
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Puja hacia abajo: Al sentir la contracción, empuja con todo tu cuerpo hacia abajo, como si estuvieras intentando evacuar, en lugar de hacia afuera. Esto ayuda a canalizar la presión hacia la pelvis y el canal de parto.
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Sujétate con las manos: Coloca tus manos en las rodillas o en las piernas y empuja hacia abajo, asegurándote de mantener una postura adecuada. No olvides mantener la barbilla ligeramente hacia el pecho para evitar tensar el cuello.
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Haz pausas cuando sea necesario: No necesitas empujar de forma continua. Descansa entre cada empuje y respira profundamente para recuperarte.
4. Pujar de manera coordinada con las contracciones
Es fundamental pujar durante el pico de la contracción. Las contracciones son la señal de que es el momento adecuado para empujar. Puedes sentir la contracción subiendo y, cuando llegue a su punto más alto, es el momento de empujar con toda tu fuerza.
5. Evita los pujos forzados o excesivos
El pujo excesivo puede generar tensión innecesaria y fatigar tus músculos más rápidamente. No debes pujar con tanta fuerza que te sientas descontrolada o fuera de lugar. Si en algún momento sientes que te falta aire, toma una pausa y respira profundamente.
6. Mantén una postura cómoda
Tu postura es clave durante el parto. Algunas mujeres se sienten más cómodas empujando estando de pie, otras preferirán una posición acostada o incluso en cuclillas. Consulta con tu equipo médico para encontrar la mejor postura para ti, ya que algunas posiciones pueden facilitar el paso del bebé.
7. Recibe apoyo de los profesionales
Tu equipo médico está ahí para guiarte durante el proceso. El personal de salud puede darte indicaciones sobre el momento preciso para empujar y puede ayudarte a coordinar la respiración y el esfuerzo físico. Escucha sus recomendaciones y permite que te orienten.
8. Mantén la calma y confía en ti misma
El parto es una experiencia única y cada mujer lo vive de manera diferente. Mantén la calma, sigue las señales de tu cuerpo y confía en que tu cuerpo sabe lo que tiene que hacer. La paciencia es clave y, aunque puede ser difícil, el momento del nacimiento es un proceso natural.
9. Consejos para el posparto inmediato
Después de dar a luz, recuerda que es normal sentirse cansada. Si bien el trabajo de parto puede ser extenuante, el apoyo de tu pareja y del personal médico es crucial para que la transición hacia el posparto sea más tranquila y exitosa.
¿Qué diferencia hay entre pujos espontáneos y pujos dirigidos?
Los pujos espontáneos, o fisiológicos, del parto son los guiados por la mamá. La madre siente la necesidad de empujar cuando llega el momento, siguiendo su instinto natural, el flujo y los tiempos naturales del proceso del parto.
Por su parte, los pujos dirigidos en el parto tienen lugar cuando el personal médico que asiste a la parturienta “dirige la operación”, es decir, indican a la mamá cuándo debe empujar, basándose en la monitorización de las contracciones. La mayoría de las veces, los pujos dirigidos se efectúan porque la mamá no nota la necesidad natural de pujar, debido, habitualmente, a la administración de anestesia epidural.
Aunque el resultado es el mismo tanto si los pujos son espontáneos como dirigidos, es decir, el nacimiento del pequeño, muchos expertos no se muestran partidarios de los pujos dirigidos de forma sistemática, puesto que consideran que se altera el proceso y la duración del parto, además de generar una mayor probabilidad de tener que intervenir con maniobras como la episiotomía; asimismo, zonas como el suelo pélvico de la mamá pueden quedar más afectadas, al verse sometidas a una presión muy fuerte en un momento que, tal vez, no correspondía.
En las mamás primerizas, este período expulsivo puede durar 2-3 horas, mientras que se reduce a una hora, aproximadamente, si la mamá ya ha dado a luz antes. Sin embargo, hoy en día, la medicalización de los nacimientos y, especialmente, la generalización de la anestesia epidural para eliminar el dolor del parto ha hecho que los pujos del parto sean dirigidos en muchas ocasiones, es decir, que la ginecóloga o el ginecólogo son quienes avisan a la mamá de cuándo tiene que pujar, siguiendo la curva que dibuja la contracción en el monitor, puesto que la anestesia impide que ella se dé cuenta por sí sola.
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En conclusión...
Pujar en el parto correctamente es una habilidad que puedes aprender y perfeccionar con la práctica y el apoyo adecuado. Con una técnica de respiración adecuada, el conocimiento de cómo funciona tu cuerpo y la ayuda de los profesionales, puedes hacer que el proceso de empuje sea mucho más eficiente y menos doloroso. Recuerda que, aunque el momento del parto pueda parecer abrumador, tu cuerpo tiene la sabiduría para saber qué hacer. Confía en ti misma y en el proceso.
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