Pedagogía sistémica: cómo funciona y cuáles son sus beneficios

Los principios de la pedagogía sistémica se basan en las teorías del psicoterapeuta alemán Bert Hellinger, gracias a sus trabajos sobre constelaciones familiares (la huella familiar y generacional dejada en el niño) y terapias sistémicas, que tratan los aspectos psicológicos de la persona abordándolos desde un punto de vista global. 

Conozcamos este innovador paradigma educativo, sus aplicaciones y sus beneficios, profundizando en cada uno de sus aspectos.

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Qué es la pedagogía sistémica

La pedagogía sistémica, a pesar de ser un método educativo, por así llamarlo, bastante novedoso, no pretende sustituir a otros métodos más tradicionales, sino, por el contrario, actuar de refuerzo, cubriendo determinados aspectos más personalizados dentro de sistemas basados más en la parte académica y del comportamiento de la persona en el contexto educativo.

Así, la pedagogía sistémica introduce aspectos como la inclusión y la integración de grupos de personas, contextualizando sus valores familiares, sus orígenes y su educación personal.

La educación sistémica se basa en la organización de la pedagogía como un todo, teniendo en cuenta al niño junto con su familia, sus valores y su comunidad de origen.

En este sentido, la comunicación y la integración de la familia en la escuela es fundamental. Si se pretende educar de manera sistémica, no pueden quedar al margen.

Las bases de la educación de la persona se sientan dentro de la familia, y a la escuela le corresponde más el papel de transmisor de conocimientos, teniendo en cuenta la realidad vital de sus alumnos.

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Principio y métodos de trabajo con niños

Como hemos visto, la pedagogía sistémica tiene a la familia como la base de la educación del niño. De este modo, la familia actúa de enlace entre el niño y la escuela.

Es importante que la escuela tenga conocimiento del contexto familiar del niño, incluso de familiares de generaciones anteriores, para así integrar a la persona y educar de manera global: es decir, no se trata solo del niño, sino del niño y sus circunstancias.

La mirada sistémica observa la realidad de los niños como un todo, con el fin de aplicar este conocimiento al marco educativo. ¿Qué métodos de trabajo se aplican a los niños? Principalmente, se trata de tres principios, tres órdenes, que son las siguientes:

Derecho a la pertenencia

En otras palabras, es el derecho de la persona a pertencer al lugar en el que se encuentra. Básicamente, el derecho a pertencer a nuestra familia y a nuestro contexto social y de comunidad.

Cada uno de nosotros pertenecemos a un sistema, formado por las generaciones que nos han precedido, y que han conformado nuestra personalidad y nuestros valores en la vida.

Jerarquía y ubicación

Cada persona tiene un lugar dentro de su familia, un orden, una jerarquía que nos ubica dentro de la familia y en la sociedad.

En primer lugar, están los padres, y después los hijos. Todos los miembros de la familia tienen derechos y obligaciones, independientemente de su orden de jerarquía.

Equilibrio entre dar y recibir

Debe existir un equilibrio entre lo que el individuo ofrece y lo que recibe, para que las cosas fluyan.

Los padres dan más a los hijos de lo que reciben. A su vez, lo ofrecido por los padres se transmitirá a generaciones posteriores.

En definitiva, enfocarse en el amor, en la comprensión y en la realidad de la persona, en lugar de en la mera educación académica, cuidando las emociones del niño, no puede sino resultar beneficioso para la persona en su conjunto.

Así pues, la pedagogía sistémica puede tener cabida en cualquier sistema educativo.

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