5 tips para enseñar a los niños a gestionar el dinero

14 Apr 2023
gestionar valor dinero

¿Crees que tu hijo es consciente de dónde sale el dinero de la familia? ¿Es capaz de valorar sus pequeños ahorros o sabe para qué va a utilizar el dinero que le ha dado su abuela? Te damos cinco consejos de la “vida real” que ayudarán al pequeño a saber administrarse en el futuro. ¡Nunca es tarde!

“Mamá, ¿me compras un juguete?”, “Mamá, ¡quiero estampas!”… ¿Te suena? ¿Te suele pasar cada vez que sales a la calle con el peque? Cuando el niño es pequeño y no ha tenido muchas experiencias directas con el dinero, puede llegar a pensar que, simplemente, el dinero “sale del cajero”, y que sólo tienes que acercarte a un banco para tener más, o que puedes pagar cualquier cosa con la tarjeta “mágica” que llevas en el monedero. 

A la hora de explicar al niño que el dinero es fruto del trabajo de los papás, y que no podemos ceder a todos los caprichos que tenemos porque es necesario administrarlo bien para cubrir todas las necesidades de la familia, resulta difícil hacérselo entender. Frases del tipo “el dinero no lo regalan” o “papá y mamá tenemos que trabajar mucho para tener dinero” pueden resultar demasiado abstractas para un niño pequeño, y no dejan de ser comodines para salir del apuro y evitar ceder a la tentación de comprar algo innecesario.

Para entender conceptos como el del valor del dinero o la administración de la economía familiar, el niño necesita ejemplos prácticos, que él o ella puedan llevar a cabo de forma sencilla. El pequeño debe implicarse, vivir la experiencia y sentirse partícipe, capaz de tener iniciativas y lograr llevarlas a cabo. Así, resultará mucho más fácil que interiorice y consolide hábitos de “administración financiera” que le servirán para el futuro.

Cómo enseñar a tu hijo a administrar el dinero. ¡5 tips!

  1. ¡El dinero sale del trabajo!
    Sí, es un clásico, pero es totalmente cierto. ¿Quieres tener dinero? ¡Gánatelo! Para empezar, puedes explicar al niño cómo funciona el mercado laboral de forma muy simplificada y entendible: las personas hacen trabajos y se les paga por hacerlos. Después de presentarle esta información, de la que, seguro, ya tenía algunas nociones, puedes pasar a la práctica: ¡contrátale! Asígnale alguna tarea sencilla, que pueda hacer de forma regular: recoger la basura de todos los botes, ordenar y limpiar alguna zona común de la casa, etc.
  2. El súper en casa
    Una caja registradora de juguete puede ser un fantástico regalo para el niño. Jugar a los supermercados, además de ser muy divertido y entretenido, es un excelente entrenamiento para la vida real. De vez en cuando, transformar su habitación o un rincón del salón en un supermercado puede funcionar muy bien. Haz que él sea el cajero, que ponga rótulos con los precios a los objetos que vaya a poner a la venta. Ayúdale a calcular el precio final y a devolver el cambio correspondiente, incluso con dinero de verdad. ¡Se sentirá responsable y aprenderá muchísimo!
  3. ¡El abuelo me dio dinero!
    Los familiares mayores, como los abuelos, disfrutan dando una pequeña cantidad de dinero a sus nietos. Cuando el pequeño recibe esa monedita o billete, su sonrisa de asombro es encantadora. La tentación de gastar la moneda rápidamente es muy grande, pero también se puede aprovechar la ocasión para enseñarle el valor del ahorro. ¿No crees que podrías guardar esa moneda en tu alcancía para conseguir algo más importante y deseado? La paciencia no es muy amiga de los niños, pero una alcancía especial, que haga un ruidito gracioso al introducir la moneda, o un simple tarro de vidrio en el que pueda ver el dinero acumulado, o incluso una cartulina de colores donde vaya anotando sus progresos, pueden funcionar muy bien. Quién lo iba a decir… ¡Ahorrar puede ser emocionante!
  4. ¡Si no lo necesitas, pagas!
    Un truco muy divertido, que puede poner en evidencia a más de un miembro de la familia, consiste en diferenciar lo necesario de lo deseado. Por ejemplo, si tu hijo te quiere convencer de que este juguete de moda es lo que más necesita del mundo y le quieres hacer ver que no se trata de una necesidad, sino de un capricho, un buen recurso es jugar a “¡Te caché!”. Cuando cualquier miembro de la familia dice que se tiene que comprar algo porque lo necesita, y en realidad sólo es un deseo, otro miembro de la familia puede gritar “¡Te caché!”. El “cachado” deberá poner una moneda en una alcancía común, que, al final del año, se puede donar a alguna causa solidaria, donde verdaderamente se necesitan cosas. ¡Seguro que todos caen!
  5. Motiva al niño con un objetivo
    Naturalmente, el hecho de ahorrar el dinerito que ha ganado con su esfuerzo y que ha ido introduciendo en su alcancía, pesito a pesito, no se acumula porque sí, sino para alcanzar un objetivo: el juguete deseado, las estampas, la ansiada camiseta de su equipo favorito, la entrada para el parque de diversiones… Antes de empezar a “jugar a ganar dinero con nuestro trabajo”, el niño deberá decidir qué va a hacer con ese dinero, cuál es su motivación para ahorrarlo, incluso poniendo un bonito cartel en la alcancía con el objetivo escrito. ¡Será una buena manera de premiar su aprendizaje y su constancia!  

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¿Sueles dar mesada a tu hijo o algo de dinero a la semana? ¿Tiene una alcancía para ahorrar? ¿Cómo gestionas sus caprichos? ¡Déjanos tu comentario!

Elena RuizElena Ruiz
Periodista especializada en parenting, infancia y crianza

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