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Aprender nuevas habilidades
Empezar a cuidar de sí mismo en las tareas de la higiene diaria es un gran paso hacia la autonomía del niño alrededor de los cuatro años. Veamos cómo ayudarle sin invadir su espacio.
Un gran paso hacia la autonomía del niño consiste en empezar a cuidar de sí mismo en lo que se refiere a la higiene diaria. Alrededor de los tres o cuatro años, el niño da pasos agigantados hacia la importante meta de la autonomía. Aprende a lavarse las manos y los dientes, a vestirse y desvestirse, a atarse los zapatos… Veamos cómo ayudarle sin invadir su espacio.
Vestirse y desvestirse
Cuando el niño aprende a vestirse y a desvestirse, es necesario prepararle el terreno, para que pueda hacerlo lo más ágilmente posible. Una buena idea podría ser preparar con él un cartel que ilustre la secuencia que debe seguir cuando se viste. Además, las prendas tienen que ser fáciles de poner y los botones, más bien grandes. Un truco para enseñarle a abrocharse los botones consiste en coserlos un poco flojos, de manera que el pequeño pueda pasarlos por el ojal más fácilmente. Las falditas y los pantalones deben estar provistos de una cinta elástica en la cintura, para facilitar las cosas al niño cuando va al baño. Por lo que respecta a los zapatos, a los cuatro años, ya se le puede enseñar a atárselos. Sin embargo, si le cuesta aprender, es mejor no insistir y elegir zapatos que se cierren con velcro o de meter.
Higiene del niño
Si quieres que el niño aprenda a bañarse correctamente, en primer lugar, es importante organizar el baño de manera que tenga todo lo que necesita a mano, eliminando productos inútiles para él, y todos aquellos que pueden ser peligrosos. El uso del cepillo de dientes se aprende por imitación. Al ver a los padres lavarse los dientes, el niño tendrá ganas de hacer lo mismo. En sus primeros intentos de lavarse las manos, es preciso ayudar al pequeño. Cuando termine, es importante elogiarlo por haberlo hecho correctamente.
El uso de las tijeras
Alrededor de los cuatro años, y a veces, incluso antes, el pequeño aprende a utilizar las tijeras de punta redondeada, para cortar papel y cartulina. Se trata de un progreso enorme, puesto que el uso de este instrumento requiere la máxima coordinación entre el cerebro y la mano, lo cual indica que el niño ha alcanzado un buen nivel de destreza manual. Los niños zurdos pueden tener más dificultades que los demás a la hora de usar las tijeras. El problema se resuelve comprando unas tijeras especiales para niños zurdos, de venta en papelerías especializadas.