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El nacimiento prematuro de un bebé precipita la boda de sus padres en el hospital
El plan inicial de la pareja estadounidense era casarse en Japón, donde se conocieron, pero el nacimiento de su bebé se adelantó y tuvieron que improvisar un romántico desenlace para su historia de amor.
La pareja estadounidense formada por Rubia Ferreira y Tyler Campbell se conoció muy lejos de su hogar, ni más ni menos que en Okinawa, en Japón. Al regresar a Estados Unidos, Rubia quedó embarazada y, sabiendo que el parto estaba previsto para el mes de febrero pasado, la pareja decidió que iba a casarse en Okinawa, donde se conocieron, después del nacimiento del bebé porque les hacía ilusión que el pequeño estuviera presente en la boda.
Sin embargo, el destino tenía otros planes previstos para Rubia y Tyler. El noviembre pasado, cuando la futura mamá se encontraba de visita en la ciudad natal de Tyler, comenzó a sentir molestias y acudió al hospital. Allí le dijeron que debían hacerle una cesárea con urgencia para evitar riesgos. ¡El bebé iba a nacer!
El inminente parto deshizo todos los planes de la pareja. Su bebé, una niña llamada Kaelin Maria, llegó al mundo a las 24 semanas de gestación, lo que obligó a sus padres a quedarse en Estados Unidos, ya que la niña debía permanecer en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de la Universidad de Alabama.
Kaelin Maria llegó al mundo con 24 semanas (University of Alabama at Birmingham)
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Una romántica boda en el hospital
El plan que tenía en mente la pareja para su boda no fue posible, así que empezaron a valorar otras posibilidades. Entonces, se les ocurrió casarse en el hospital para poder estar al lado de su hija. El personal del hospital les dijo que no había problema y los papás empezaron a organizar todo para la boda. Eligieron el día de San Valentín y el lugar debía ser junto a la cunita de su bebé, Kaelin, que ya tenía tres meses.
Para organizar la ceremonia contaron con la ayuda del equipo del hospital, en especial de la enfermera Sandra Milstead, que reconocía que el mejor momento del día fue cuando, después de darse el 'Sí, acepto', se quedaron los dos junto a su hija en la habitación.
Posteriormente, el papá de la pequeña explicó en declaraciones a la revista People que se puso muy nervioso. La emoción también se percibió entre los presentes al enlace: médicos, enfermeras, etc. El matrimonio asegura que cuando Kaelin sea mayor le contarán lo vivido. Los médicos les han dicho que la pequeña podría estar otros seis meses más en el hospital. A pesar de todo, la madre recalca que "fue increíblemente positivo casarnos en la habitación de nuestra hija. Me alegra que lo hayamos hecho así".