¿Por qué la abuela materna es una ‘segunda madre’ para sus nietos? Hay una razón poderosa

“El recién nacido es muy sensible a los estímulos perceptivos. El sonido de la voz de la madre, el olor de su piel y el contacto con el pecho materno le recuerdan a la forma de contención vivida en el vientre materno y que ha experimentado durante los nueve meses de embarazo. Se trata de sensaciones que no le cuesta encontrar en las características de la abuela materna, muy similares a las de la madre en cuanto a los rasgos de su rostro y su voz”.

Así lo afirma Massimilano Stramaglia, investigador italiano de pedagogía general y social de la Universidad de los estudios de Macerata (Italia).

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La abuela materna es como una segunda madre para sus nietos

Según Stramaglia, el vínculo del bebé con esta figura “se ve favorecido en el aspecto biológico con respecto al vínculo que mantiene con cualquier otra persona, incluido el padre.

No obstante, la simple condición de abuelo hace que todos ellos tiendan a ser maternales con respecto a sus nietos, puesto que pueden permitirse educar a los pequeños con mayor ternura, descuidando, al menos en parte, la carga prescriptiva que corresponde a un buen progenitor”.

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Son muchas las tareas que los abuelos pueden llevar a cabo, desde la disponibilidad en el cuidado a la transmisión del sentido del origen a los niños. Además, permiten a sus nietos reencontrar, al crecer, un tierno consuelo de tipo maternal.

También en este caso, la madre de la madre tiene un papel central. “Cuando el niño empieza a perder las certezas de la huella materna, porque empieza a comprender que el mundo es imperfecto y que la realidad presenta aspectos contradictorios, la abuela materna preserva en el pequeño la bondad original de la madre”, subraya el experto, “sin por ello alimentar el miedo a la regresión al estado infantil. De hecho, es como una madre, pero no es la madre”. Si acaso, contiene a la figura de la madre y se añade a ella en el cuidado del niño o la niña.

La abuela materna es un puerto seguro

Y no solo eso, sino que la abuela, tras el nacimiento de su nieto, no se limita a apoyar emocionalmente a su hija y nueva mamá, conteniendo su ansiedad, “sino que también alivia la carga de la angustia por separación que se presenta en el momento en que el bebé empieza a ganar autonomía”, afirma Stramaglia.

“En definitiva, proporciona una base segura sobre la que apoyarse cuando se producen pequeños y grandes terremotos domésticos”. Esta es una lección que los nietos también aprenderán: “No por casualidad, muchos adolescentes se dirigen a la abuela materna en los estados de rebeldía que pueden caracterizar a la relación que tienen con sus padres”. La abuela es un puerto seguro.

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¿Qué te parecen estas reflexiones? ¿Tú también sientes que hay diferencias entre la abuela materna y la paterna con respecto al cuidado o la forma de tratar a sus nietos? ¿O no es así en el caso de tu familia? ¡Déjanos tu comentario!