Polihidramnios o líquido amniótico abundante, qué hacer
La presencia excesiva o abundante de líquido amniótico recibe el nombre de polihidramnios. Pero ¿cómo se diagnostica, cuáles son las causas y cómo puede influir en el embarazo?
En algunos casos, a la futura mamá, durante una ecografía efectuada en los tres últimos meses de embarazo, le pueden diagnosticar polihidramnios. Este trastorno consiste en la presencia excesiva o abundante de líquido amniótico. ¿Cuáles son los riesgos en este caso? ¿Qué hay que hacer para resolver el problema?
Qué es el polihidramnios
El polihidramnios es un aumento anómalo de la cantidad de líquido presente en el saco amniótico. Se trata de una posibilidad que solo se manifiesta en el tercer trimestre de embarazo y que puede indicar que hay algún problema.
Causas del líquido amniótico abundante
- La causa más frecuente es la diabetes gestacional. Para comprobarlo, hay que realizar diferentes exámenes específicos.
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- Una posible causa, muy rara, es una malformación, en particular del esófago o del duodeno del feto. Esta malformación impide al feto deglutir el líquido amniótico. En tal caso, es necesario efectuar una ecografía específica, prestando una atención especial en el aparato digestivo del niño.
- De todos modos, en el caso de fetos grandes, normalmente hay una mayor presencia de líquido amniótico. En estos casos, no hay que alarmarse.
Diagnóstico del polihidramnios
El polihidramnios se diagnostica por vía ecográfica. El especialista “divide” el abdomen de la futura mamá en cuatro cuadrantes y mide con el ecógrafo el volumen de líquido amniótico de cada cuadrante. De las medidas obtenidas, define un parámetro llamado AFI (Amniotic Fluid Index). El diagnóstico es de polihidramnios cuando el AFI es superior a 250.
Tratamiento del polihidramnios
Debe saberse que el polihidramnios no es perjudicial para el desarrollo del niño. Sin embargo, aumenta el riesgo de contracciones, rotura del saco amniótico y parto prematuro. Para prevenir que esto suceda, en los casos más graves, se puede recurrir a una amnioreducción. Es decir, a la extracción del exceso de líquido del saco amniótico, de un modo parecido al usado en el caso de la amniocentesis.
Cómo controlar si el líquido amniótico está bien
Para que el líquido amniótico pueda llevar a cabo sus tareas, es importante que su cantidad sea siempre adecuada. Esto lo comprueba el ginecólogo durante los controles. Para ello evalúa el tamaño de la pancita y, con la mano apoyada en el útero, comprueba que el bebé consiga moverse libremente.
En caso de dudas, se hace una ecografía para medir el ILA (Índice de Líquido Amniótico). El útero es dividido, idealmente, en cuatro cuadrantes de los cuales se mide el índice que corresponde al mayor espesor de líquido. Después, se suman los cuatros resultados y se comparan con los valores de referencia.
Qué hacer cuando el líquido amniótico es muy poco
Una cantidad de líquido inferior a la norma (en medicina se habla de “oligohidramnios”) puede tener distintas causas.
- El oligohidramnios puede depender simplemente de un escaso consumo de líquidos por parte de la madre. En este caso, la falta de líquido puede fácilmente compensarse con un aumento del consumo de agua.
- Puede señalar un mal funcionamiento de la placenta. En este caso, la placenta no aporta al bebé suficientes alimentos y líquidos, provocando una disminución del crecimiento fetal.
- El oligohidramnios puede deberse a una patología de malformación de los riñones del niño o a una obstrucción de la vejiga. Este hecho comporta que el niño no produzca orina.
- Finalmente, la ruptura de las membranas corioamnióticas puede provocar pérdidas de líquido y, por tanto, oligohidramnios. Sin embargo, en este caso, será la misma mamá quien se dará cuenta del problema, y el médico solo tendrá que confirmar el diagnóstico.
Líquido amniótico abundante en el embarazo gemelar
En el caso de embarazo de gemelos o de embarazo múltiples, también puede suceder que se produzca una situacion de polihidramnios o de exceso de líquido amniótico. Esto ocurre cuando se produce el síndrome de transfusión intergemelar, que consiste en que uno de los gemelos tiene poco líquido amniótico y el otro genera demasiado.
Si esto sucede, será el médico quien realizará las pruebas oportunas para averiguar las causas y determinar, en función de los resultados, las posibles soluciones.
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