Los accesorios para ayudar al niño a flotar, como los clásicos spaghettis flotadores, deben cumplir la normativa europea EN 13138, que establece los requisitos de seguridad (trajes de buceo incluidos). En esta categoría, entran los salvavidas antivuelco para bebés, indicados para los más pequeños, que no son juguetes. Los tubos o spaghettis para flotar (que se utilizan a partir de los dos o tres años, y que el pequeño siempre debe llevar puestos cuando está cerca del agua, mientras juega en la orilla) tampoco son juguetes, sino “dispositivos de protección individual”, y deben tener la marca CE (siguiendo la normativa 89/646/CEE).
- Sólo los clásicos flotadores (aros) de tamaño normal, que suelen decorarse con personajes de dibujos animados, son juguetes y, por lo tanto, deben incluir la marca CE, de acuerdo con la normativa 2009/48/CE. Estos productos, precisamente, porque no protegen del ahogamiento, deben incluir una advertencia estampada directamente en el juguete de forma permanente, llamando la atención sobre el hecho de que deben utilizarse en un lugar en el que el niño toque con los pies, y bajo la supervisión de un adulto.
- Es mejor no comprar nunca el salvavidas en el último momento en la localidad de vacaciones, sino confiar en las tiendas especializadas. Según algunos expertos, sería más oportuno no utilizar ningún soporte para acelerar el proceso de aprender a nadar por parte del niño. Es recomendable que el niño acuda a un curso de natación a partir de los cuatro años.
- Por último, cuando se sale a navegar, es obligatorio llevar chalecos salvavidas homologados de talla adecuada (incluso en las embarcaciones más pequeñas, que suelen ser de goma). Cuando van en una embarcación, los niños nunca deben dejarse solos y, si pueden moverse libremente por la cubierta, es aconsejable asegurarles con un cabo de salvamento.