Enfermedad de Crohn y embarazo: lo que debes saber
La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, si se gestionan de manera correcta, no son incompatibles con la búsqueda de un bebé y con el embarazo. Te explicamos todo lo que debes saber sobre este tema.
En los últimos 20 años, los casos de enfermedades inflamatorias crónicas del intestino, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, han pasado de 10.5 casos por cada 100,000 habitantes a 21. Además, los nuevos diagnósticos afectan cada vez más a los jóvenes de entre 20 y 30 años. Y, por lo tanto, a muchas mujeres en edad fértil.
A pesar de las numerosas investigaciones en curso, todavía se sabe poco sobre el origen de estas patologías. Éstas pueden variar mucho de un caso a otro. Como su nombre indica, son enfermedades crónicas, que no se curan del todo, sino que alternan fases agudas con fases de remisión.
Síntomas de la Enfermedad de Crohn
Los síntomas comunes de la enfermedad de Crohn y de la colitis ulcerosa son ardor intestinal, diarrea, sangre en las heces y tal vez fiebre. Más raramente, inapetencia, pérdida de peso y dolores en las articulaciones. A veces, sobre todo en la fase precoz, es difícil establecer si el paciente sufre una enfermedad o la otra. Por ello, se habla, genéricamente, de colitis indeterminada.
La porción del intestino afectada por el proceso inflamatorio en las dos patologías es diferente. Son, principalmente, el íleon y el ciego, en la enfermedad de Crohn, y el colon y el recto, en la colitis ulcerosa. En ambos casos, la responsable de los síntomas es una reacción inflamatoria anómala del sistema inmunitario. Esta inflamación erosiona las paredes de intestino, provocando, en las formas más graves, úlceras profundas y estenosis. Esto hace que, a veces, sea necesario un tratamiento quirúrgico.
Las fases agudas sintomáticas se alternan con largas fases de remisión, que son asintomáticas. La calidad de vida de la persona afectada depende de la gravedad con la que la enfermedad se manifiesta y de la posibilidad de que aparezcan complicaciones, como la obstrucción intestinal.
Cuáles son las causas
La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son patologías multifactoriales. Ambas tienen un componente hereditario y una predisposición ligada a alteraciones en docenas de genes. Algunas de estas mutaciones que predisponen a la enfermedad son características solo de la enfermedad de Crohn o de la colitis ulcerosa. Otras son comunes en ambas enfermedades.
Además, hay factores ambientales desencadenantes cuyo rol no ha sido completamente explicado. El humo del tabaco favorece la aparición de la enfermedad de Crohn, mientras que la colitis ulcerosa es más común entre los no fumadores o los que han dejado de fumar.
El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para ambas patologías. También lo es el exceso de consumo de ácidos grasos poliinsaturados, contenidos, por ejemplo, en la margarina o la carne roja. Y las repetidas infecciones por salmonela.
La administración de repetidos ciclos de antibióticos y la consiguiente alteración de la flora bacteriana. Este hecho predispone tanto a la enfermedad de Crohn comoa la colitis ulcerosa.
Cómo se diagnostica esta enfermedad
Ante la presencia de síntomas sospechosos, para diagnosticar la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, se realizan una serie de pruebas útiles. Estas pruebas también permiten valorar la severidad y la magnitud de los daños al intestino.
- La endoscopia con biopsia.
- La radiografía con contraste.
- La resonancia magnética.
- La ecografía abdominal.
Prevención de la Enfermedad de Crohn
Al no haber ninguna certeza, para prevenir la enfermedad inflamatoria intestinal crónica, la única recomendación válida es adoptar un estilo de vida saludable:
- Moderar el consumo de calorías para no tener sobrepeso.
- Consumir alimentos ricos en fibras vegetales.
- Prestar atención a los riesgos de infección tóxica por consumo de alimentos.
Los tratamientos más adecuados
Sobre los orígenes y los mecanismos desencadenantes de las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas hay muchas lagunas. Sin embargo, en los últimos años, las investigaciones han hecho progresos considerables en la puesta a punto de fármacos cada vez más eficaces para tratar estas patologías.
Corticoides e inmunosupresores son las dos categorías de medicamentos tradicionalmente utilizados para tratar las manifestaciones agudas de la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. En una dosis más baja, estos fármacos también se utilizan como tratamiento de mantenimiento en los períodos de remisión.
Desde hace algunos años, está disponible una nueva categoría de fármacos. Se trata de los anticuerpos monoclonales, una especie de “proyectiles inteligentes” moleculares que afectan de modo específico a determinadas proteínas implicadas en el proceso inflamatorio, producidas por las células del sistema inmunitario. De momento, no existen datos sobre la toxicidad de los anticuerpos monoclonales durante el embarazo. Aun así, por prudencia, su administración durante el embarazo está contraindicada.
Riesgos de la Enfermedad de Crohn en el embarazo
La colitis ulcerosa no impide la concepción. Sin embargo, la enfermedad de Crohn puede comportar una ligera reducción de la fertilidad en la mujer. Para ambas patologías, por lo general, el curso del embarazo es tranquilo. Esto se debe, probablemente, a las cambios fisiológicas del sistema inmunitario materno, que, durante el embarazo, se hace más tolerante para aceptar la presencia del feto sin que se produzcan fenómenos de rechazo.
La única recomendación para las mujeres afectadas por enfermedades inflamatorias crónicas del intestino que intentan tener un bebé es la de concebir durante una fase de remisión de la patología. La presencia de un estado inflamatorio agudo aumenta el riesgo de rotura de la membrana y separación de la placenta. Y, por lo tanto, de parto prematuro, un riesgo que es considerablemente más bajo en los períodos de remisión de la enfermedad.
Los corticoides y los inmunosupresores no están en absoluto contraindicados en el embarazo. Le corresponde al médico evaluar cada caso, con el fin de determinar la dosis más oportuna para optimizar el equilibrio entre riesgos y beneficios para la embarazada y para el bebé. A menudo, si la enfermedad se encuentra en una fase asintomática, es posible suspender completamente el tratamiento farmacológico durante el embarazo. Si, en cambio, la enfermedad se encuentra en una fase aguda, no se puede prescindir del uso de los medicamentos. Una razón más para concebir, si es posible, cuando la enfermedad está en fase de remisión.
A las futuras mamás afectadas por colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn no se les pide ningún control adicional respecto a los que normalmente se prevén durante el embarazo.
Para más información
Enfermedad de Crohn, Mayo Clinic (https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/crohns-disease/symptoms-causes/syc-20353304)
(Te interesa: Enfermedades en el embarazo)