Aftas del bebé: llagas en la boca
Las aftas del bebé pueden estar causadas por una hipersensibilidad a las bacterias que se encuentran normalmente en su boca, por una infección de las amígdalas o por falta de hierro, vitamina B12 o ácido fólico.
Las aftas del bebé son pequeñas vesículas o llagas dolorosas, de color blanco o rojizo, que se forman sobre las paredes de la boca del bebé o debajo de la lengua. A veces, tienen el tamaño de la cabeza de un alfiler y, en otros casos, son tan grandes como una pequeña moneda. Las aftas del bebé aparecen solas o en grupo.
Causas de las aftas del bebé
Las aftas del niño pueden deberse a una hipersensibilidad a las bacterias que se encuentran normalmente en su boca, a una infección de la amígdalas o a una falta de hierro, vitamina B12 o ácido fólico. En general, se curan espontáneamente al cabo de 7-10 días, o más, si son grandes.
Si, pasados unos días, las úlceras dan lugar a lesiones de color blanquecino, significa que el proceso de curación ya comenzó. Sin embargo, no hay que excluir que las aftas puedan aparecer en más ocasiones en el transcurso del año.
Cómo se tratan las aftas del bebé o llagas en la boca
Para el tratamiento de las aftas del bebé, son completamente inútiles los antibióticos, así como los antiinflamatorios, que sólo se limitan a aliviar los síntomas. El pediatra, sin embargo, puede prescribir una solución antiséptica que hay que aplicar con un hisopo en la boca. Si las aftas alteran mucho al niño, se le puede administrar paracetamol.
Puede que el niño no pueda lavarse los dientes, debido al dolor, pero es muy importante que tenga la boca limpia, enjuagándosela después de cada comida. Además, para facilitar la curación de las aftas, hay que procurar que el niño no coma alimentos ácidos o salados. Sin embargo, resultan aconsejables los alimentos semilíquidos, como los licuados, jugos de verdura o quesos frescos, durante un par de días.
Cuándo dirigirse al pediatra en caso de aftas o llagas
- Las encías del niño se hinchan y adquieren un color rojo o amarillo.
- Las aftas son numerosas (más de 4 ó 5).
- El niño tiene más de 38 °C de fiebre.
- Tiene las encías rojas, blandas e inflamadas.
- No toma suficiente agua.
- Las aftas también aparecieron en los párpados y en los genitales.
- Las condiciones del niño empeoran.