Qué es y cómo hacer un 'quiet book'

31 Mar 2023
Como hacer un quiet book

Todos los niños suelen tener muchos juguetes educativos para conocer los colores, encajar piezas o manipular diferentes texturas. El 'quiet book' reúne todos estos tipos de juegos y, además, lo puedes llevar a cualquier sitio y lo puedes personalizar. Te explicamos en qué consiste y cómo hacerlo.

El quiet book, que podríamos traducir como libro calmado, libro silencioso o libro tranquilo, es un libro hecho para mantener a nuestros hijos relajados y concentrados. Generalmente, este tipo de libro está hecho de fieltro y contiene distintas actividades con las que los niños aprenden, experimentan, aprietan, atan, sacan, colocan o tocan los distintos elementos y texturas que aparecen en sus páginas.

Se puede hacer un quiet book para niños de todas las edades, desde los más sencillos para los bebés que tienen pocos meses, a otros algo más elaborados para niños de 2 o 3 años que están en su etapa preescolar, hasta los más completos en los que los propios niños pueden colaborar en la preparación y la creación del libro.

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Cómo hacer un 'quiet book'

En primer lugar, hay que tener en cuenta que las páginas de estos interesantes libros suelen ser grandes, de unos 25x25 centímetros, y pueden ser temáticas, tratando los colores, las letras, los animales u otro tema que se nos ocurra.

La cantidad de combinaciones de materiales y actividades es infinita. Y es que la imaginación, y nuestra habilidad con las manualidades, es muy importante para elaborar un buen quiet book para los niños, aunque siempre podremos recurrir a buscar los muchos tutoriales que se encuentran en Internet. 

¿Qué materiales necesitamos?

El material principal es el fieltro, tanto fino como grueso, y de muchos colores. El fieltro es agradable al tacto y a los niños les encanta tocarlo. Para hacer la encuadernación podemos utilizar arillos, pegamento, o cualquier tipo de encuadernación que se nos ocurra y que sea adecuado para que los niños manipulen el quiet book tranquilamente. Otra opción es dejar las páginas sueltas y que la portada haga de carpeta para poder guardarlas.

Botones, corchetes, cierres, velcros, marcadores, hilo, cordones, trozos de tela (podemos aprovechar prendas de vestir que ya no utilizamos), y pegamento o aguja e hilo para unir todos los elementos. Todo lo que se nos ocurra puede servir para hacer un quiet book.

Además, podemos ir adaptando el quiet book a las necesidades del niño, quitando páginas que ya no le interesan o añadiendo otras nuevas.

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 Fuente: onelovelylife.co 

Maria MasdeuMaria Masdeu
Periodista, especializada en temas de embarazo, maternidad, paternidad, bebés y niños