Fimosis en el niño: lo que hay que saber
En el caso de que el niño sufra fimosis, el prepucio no consigue deslizarse por el glande hasta descubrirlo. ¿Cómo hay que actuar en estos casos? ¿Siempre es necesario operar? ¿Es bueno bajarle el prepucio para descubrir el glande?
La fimosis se sufre cuando el prepucio, la parte superior de piel que se desliza y que cubre el glande (parte final del pene) es demasiado estrecho. En caso de fimosis en el niño, el prepucio no consigue deslizarse por el glande hasta descubrirlo.
En qué consiste
En el recién nacido y hasta el tercer año, se habla de fimosis fisiológica. El prepucio está adherido al glande, pero permite que el niño haga pipí normalmente. En este caso, el trastorno tiende a desaparecer espontáneamente alrededor de los 3-4 años. Por ello, la fimosis fisiológica no debe preocupar. Incluso, es considerada como una útil defensa para proteger el pene del niño del peligro de las infecciones. Sin embargo, en el caso de una fimosis propiamente dicha, el prepucio es tan estrecho que no puede deslizarse hacia atrás para descubrir el glande. En algunos casos, el estrechamiento es tal que impide al niño hacer pipí.
Qué hacer en caso de fimosis
- Antes de los cuatro años, intervenir para eliminar las adherencias sería un error. Y es que, a menudo, antes de esta edad, la fimosis en el niño se resuelve por sí sola. Mientras tanto, para evitar complicaciones, basta con seguir algunas reglas relacionadas con la higiene íntima del niño. Sobre todo, para limpiar el prepucio y el glande, hay que tirar hacia atrás la piel del prepucio solo hasta donde sea posible, sin forzar. Intentar descubrir el glande, tirando hacia atrás el prepucio, es inútil y puede causar minúsculas laceraciones locales. Estas pequeñas heridas, luego, pueden crear un terreno favorable para el desarrollo de infecciones.
- Eliminar las adherencias solo es necesario cuando la fimosis persiste más allá de los 5-6 años. También, si el estrechamiento obstaculiza la salida del pipí y resulta problemático mantener la zona limpia. Casi siempre, la eliminación de las adherencias las realiza manualmente el pediatra. Solo raramente, en caso de una auténtica fimosis, cuando el orificio del prepucio es más pequeño de lo normal, se debe recurrir a una intervención quirúrgica. Se trata, de todos modos, de una intervención muy sencilla, que requiere una breve convalecencia.
Cuándo hay que dirigirse al pediatra
Hay que llamar inmediatamente al pediatra si:
- El estrechamiento es tal que obstaculiza la salida normal de la orina. Ya sea porque el chorro no es uniforme o es muy débil, o tarda mucho en iniciarse y es excesivamente lento.
- El niño tiene cinco años y no consigue descubrir el glande.
Las dudas más comunes sobre la fimosis en el niño
¿Son preocupantes los pequeños quistes blanquecinos que pueden aparecer sobre la punta del pene?
No. Se llaman quistes esmagmáticos y están constituidos por pequeñas acumulaciones de esmegma. Se trata de la sustancia blanquecina que la piel del pene produce para mantenerlo limpio. Estos quistes podrían desarrollarse entre el glande y el prepucio para formar una especie de protección con la finalidad de impedir o resolver la fimosis en el niño.
¿Es una buena costumbre descubrir el glande del niño?
No, es mejor evitar hacerlo. Al bajar la piel, se provocan pequeñas heridas que, al curarse, "estiran" aún más la piel y estrechan más la obertura.
¿Cuál es la mejor edad para operar de fimosis al niño?
Por motivos psicológicos, hoy en día, se está más a favor de una intervención precoz, al inicio de la edad escolar. Esperar hasta la adolescencia puede comportar dos problemas. Al retrasar la intervención, el niño podría sentirse diferente a sus coetáneos. Además, se aumenta la probabilidad de que la fimosis cause infecciones locales en el prepucio (balanopostitis).
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