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Guía de cuidados de la piel del bebé
La piel de tu bebé, tan suavecita y tersa, necesita de cuidados especiales porque es muy delicada. En comparación con la piel de los adultos, es más fina y tiene menos vello que la proteja de los agentes externos. Además, aún no puede regularse térmicamente de la manera adecuada, pues es muy inmadura en lo que respecta a la excreción del sudor.
Como imaginarás, esta fragilidad la vuelve susceptible a irritaciones, por eso, durante las primeras semanas y meses de vida son muy comunes las dermatitis y otros problemas cutáneos que nos llevan a las consultas frecuentes con dermatólogos. Afortunadamente, muchas de estas situaciones se pueden prevenir si se cuida adecuadamente.
A continuación, te damos unas pautas para cuidar la piel de tu bebé en dos momentos claves: el baño y el cambio de pañal.
El baño
Se considera que el primer baño debe retrasarse al menos durante las primeras 24 horas de vida. Al nacer, los bebés tienen una capa de protección en toda la piel conocida como vérnix caseosa, formada en un 80% de agua y un 20% de proteínas y grasas. Los neonatólogos recomiendan dejar esta capa por 24-48 horas y limpiar los restos de sangre con un trapito suave.
Pasado ese tiempo, ahora sí, ¡a bañarlo!
- Comprueba la temperatura del agua. Lo ideal es que se encuentre entre los 37-38 °C.
- Introduce al bebé en el agua con movimientos seguros, pero de forma gradual. Debes sujetarlo firmemente; su cabeza y espalda se deben apoyar en tu brazo izquierdo para que la manipulación sea más fácil.
- Para lavar el cuerpo de tu bebé, puedes utilizar una esponja natural suave o simplemente hacer la limpieza con tu mano y jabón, en barra o líquido, pero específico para bebés.
- El cabello puede lavarse 1 o 2 veces a la semana.
- Y para limpiar la cara, utiliza gasas o toallitas húmedas.
- A la hora de bañarlo, deja la parte de la cabecita hasta el final.
- Después del baño, sécalo, sin frotar, con una toalla.
- Antes de vestirlo, espera unos minutos para que se aclimate a la temperatura ambiente.
- La humectación es muy importante. Aplícale una crema humectante por todo el cuerpo y aprovecha para darle un masaje.
Higiene en el cambio de pañal
Que hagas una buena limpieza es crucial, porque de lo contrario tu peque vivirá uno de los episodios más dolorosos de estas edades: las rozaduras.
Las rozaduras, también conocidas como dermatitis del pañal, se refieren a cualquier tipo de afección de la piel del bebé que aparece en la zona del cuerpo que está en contacto directo con el pañal. La presentación más frecuente es la dermatitis irritativa, que hace que la zona se inflame e irrite por la orina, las heces y otras sustancias como perfumes o el tipo de material con que está hecho el pañal.
La irritación aumenta cuando hay fricción, humedad y la maceración de la zona, por eso es básico que cambies el pañal cada vez que el bebé lo ensucie, para que su piel no esté en contacto con su pipí y popó durante mucho tiempo.
Cuando le cambies el pañal, es muy importante que después de limpiar muy bien las pompis de tu bebé apliques una crema, porque será la barrera de protección que lo ayudará a regenerar su piel. De hecho, Productos como La pomada reparadora de Aquaphor son ideales porque contribuyen justamente a acelerar la reparación de la piel, ya que su objetivo es ayudar a reparar las pieles secas a muy secas, irritadas y agrietadas.
Debes saber que las rozaduras afectan a los bebés de ambos sexos por igual y aparecen con mayor frecuencia entre los 6 y 12 meses de edad. En niños que tienen diarreas es mucho más común que se presenten.
Como ves, esta zona es especialmente sensible, por eso es imprescindible limpiar –con agua y jabón o toallitas húmedas– y humectar súper bien la piel de tu bebé con Aquaphor pomada reparadora. Evita que tu peque sea uno de cada tres lactantes que se estima sufren rozaduras.
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