Pies planos, ¿pueden corregirse?
¿Tu hijo tiene los pies planos? Esta anomalía es muy común en los niños más pequeños. Te explicamos en qué consiste y qué tratamientos pueden ayudar a corregirla.
¿Te da la sensación de que tu hijo tiene los pies planos? Pues no siempre hay que preocuparse. Con excepción de los niños que han nacido con alguna malformación en los pies, es muy importante tener en cuenta que todos los bebés tienen los pies planos.
Esto se debe, por un lado, a la laxitud de los músculos y de los ligamentos. Por otro lado, se debe a un acúmulo de tejido adiposo en la zona de la planta del pie, que da a los pies esa característica forma redondeada.
Por estas razones, no es útil valorar la existencia de un pie plano hasta que ya camina. Es decir, hacia los dos años de edad.
Anatomía del pie plano
Se denomina pie plano aquél en el que no existe, o es muy baja, la bóveda plantar. Este trastorno se une siempre a un talón valgo. Esto quiere que, visto el niño de pie, desde atrás, se observa que los talones están desviados hacia fuera, como caídos. Los cirujanos ortopédicos consideran que esta posición de los talones es lo que da la entidad a los pies planos, aunque no exista aplanamiento de la bóveda plantar.
Más de 90% de los pies planos que se observan a los dos años de edad tiene una tendencia espontánea a la "curación". Esto se debe al desarrollo progresivo de la musculatura de los pies y tobillos, y de los ligamentos de la zona.
Cómo detectarlo
Como ya hemos dicho, si el defecto persiste después de los dos años, cuando el niño ya camina con seguridad, el pediatra puede aconsejar una visita al ortopeda.
Con un instrumento específico, el podoscopio, el ortopeda valora el grado de deformación de la planta del piel. El pie plano tiene tres niveles de gravedad:
- 1er. grado. En este grado, el arco longitudinal, aun siendo menor que lo normal, aún es visible.
- 2do. grado. En este caso, el arco longitudinal ya no es visible.
- 3er. grado. El arco longitudinal está totalmente ausente y la planta del pie en lugar de cóncava es convexa.
Es la mayoría de los casos, no es necesario intervenir. Durante los seis primeros años de edad, las musculatura y los ligamentos del pie se refuerzan y el arco plantar se forma completamente.
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Pies planos: ¿rígidos o flexibles?
En la exploración, el pediatra valorará si los pies planos son rígidos o flexibles. Para ello, se utiliza una sencilla maniobra, que consiste en poner al niño de pie, de puntitas, y observar desde atrás si, así, se corrige la posición del talón, se endereza y se marca la bóveda plantar. Si esto ocurre, estamos delante de un pie plano flexible o pie plano fisiológico.
De lo contrario, se trata de un pie plano rígido. En este caso, será necesario realizar exploraciones complementarias, como radiografías o incluso un TAC (Tomografía Computerizada), ya que es más que probable que exista una anomalía en la arquitectura de los huesos del pie (tarso), como una fusión entre dos huesos o la verticalización del hueso astrágalo.
También puede haber un origen neuromuscular en este trastorno, como enfermedades musculares, retracción del talón de Aquiles, etc.
El pie plano rígido merece una atención especial. Con el tiempo, podría ser necesario realizar incluso un tratamiento quirúrgico, aunque esto es algo excepcional.
Ejercicio y calzado adecuado
Un niño puede convivir sin problemas con un pie plano flexible. Se trata de una anomalía que tiende a solucionarse con el paso del tiempo. En ocasiones, el pequeño puede tener molestias al andar o al correr. Si esto sucede, está indicado el uso de plantillas correctoras. Estas plantillas tienen la única finalidad de evitar esas molestias y no la de "curar" el pie plano.
Se puede ayudar a acelerar la normalización del pie plano flexible con ejercicios de rehabilitación.
También es útil andar por terrenos irregulares con zapatos, o por la arena, descalzo.
Asimismo, hay que utilizar un buen calzado, que ayude a mantener el talón en la posición correcta. Sin embargo, los zapatos ortopédicos, como los zapatos rígidos con refuerzos laterales o plantares, deben ser prescritos por el ortopedista y solo cuando se trata de problemas complejos.
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