Surge una nueva técnica que permite elegir el sexo del bebé ¡con una efectividad del 80%!

Hace tiempo que la ciencia permite escoger el sexo del bebé, pero ahora ha surgido una novedosa técnica en Estados Unidos que abre la puerta a hacerlo de manera "más ética, más precisa y más segura". Se trata de un método creado por un equipo de investigadores de Medicina Reproductiva de la Universidad de Medicina Weill Cornell de Nueva York, liderado por Gianpiero D. Palermo.

La innovación es que la selección del sexo del bebé se basa en el esperma, lo que evita afectar a la "competencia en el desarrollo del embrión", que es lo que se hacía hasta ahora y lo que se consideraba poco ético y seguro. Según el equipo de investigadores, la nueva técnica permitirá que en Estados Unidos las parejas que se sometan a tratamientos de fertilidad puedan elegir el sexo de su bebé con un 80% de probabilidades de éxito.

'La salud de los niños está bien'

El trabajo, publicado en la revista Plos One, invitó a más de 1,300 parejas que se sometieron a un tratamiento de reproducción asistida a someterse a una técnica de clasificación de espermatozoides. Los que fueron seleccionados en función del sexo deseado fueron inyectados en el óvulo, lo que se conoce como inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI).

"Los espermatozoides se movieron bien y la técnica de clasificación no afectó a los espermatozoides en ninguna forma. La salud de los niños está bien hasta ahora, y eso es muy tranquilizador", asegura Palermo. Tras un seguimiento a los niños hasta los 3 años y 6 meses "no se observaron retrasos en el desarrollo", recalca el investigador.

Una práctica polémica y prohibida en algunos países

En España, por ejemplo, seleccionar el sexo del bebé solo se contempla para la prevención de enfermedades ligadas a los cromosomas sexuales. Para el resto de casos, "fines no terapéuticos o terapéuticos no autorizados" su uso está prohibido, considerándose una infracción muy grave. Incumplir la norma conlleva multas desde los 10,001 euros hasta el millón, además de la posibilidad de acordar el cierre de los centros en los que se practiquen las técnicas de reproducción humana asistida.

En cambio, en Estados Unidos esta práctica está permitida. De hecho, cualquier pareja en Estados Unidos podrá acceder a ello si es tratada por Palermo, pues formarán parte de un protocolo de investigación.

Los autores proponen que esta técnica pueda utilizarse tanto para parejas que quieren seleccionar el sexo del bebé por motivos médicos como por interés personal, ya sea por "tener la experiencia de criar hijos de ambos sexos" o por "deseo de equilibrio familiar", es decir optar por un niño si una familia ya tiene niñas y viceversa.

Como es lógico, ello plantea una reflexión ética, ahora con relación a la elección del sexo del bebé, pero más adelante ello podría dar pie a escoger otros rasgos del niño o la niña como la altura, el color de los ojos, o la capacidad intelectual. Así pues, el debate está servido: ¿hasta qué punto se puede permitir elegir tanto? ¿Es seguro? ¿Se podría crear un desequilibrio en la sociedad? ¿Hasta dónde puede llegar la ciencia y los avances técnicos?

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