Bebé salvado tras operarlo de un tumor dentro del útero materno

¡Es increíble los milagros que logra la ciencia y la medicina hoy en día! Bravo por el equipo médico que realizó una cirugía muy arriesgada a un bebé que se estaba gestando en el útero materno. La situación era muy comprometida y ponía en riesgo la vida del bebé, ya que tenía un tumor benigno a la altura del pulmón, que le estaba presionando los órganos y impedía el desarrollo de los pulmones. ¡Qué angustia para la mamá!

Polyana, así se llama la mamá, una periodista que estaba embarazada y que se encontraba en el segundo trimestre de gestación, se fue a realizar la revisión rutinaria del segundo trimestre, como cualquier embarazada. Sin embargo, lo que el ecógrafo detectó no estaba en sus planes, y cambió la marcha del embarazo por completo.

Un tumor benigno en el pecho que había que operar

El feto tenía un tumor en el pecho, una masa que parecía un pulmón a través de la ecografía. Este fenómeno recibe el nombre científico de secuestro pulmonar. El tumor no hace ninguna función, pero recibe irrigación sanguínea a través de los vasos y va aumentando de tamaño, a pesar de ser benigno.

Este aumento de tamaño no solo impide la expansión y el correcto desarrollo del verdadero pulmón, sino que su crecimiento hace que comprima otros órganos, además de usurpar parte de la sangre que el feto necesita para su crecimiento y desarrollo. Como consecuencia, también se acumula líquido en los pulmones.

Dada la complicada situación, el equipo médico encabezado por Danielle do Brasil, especialista en cirugía fetal del Hospital Santa Lucía de Brasilia, consideró que la cirugía era imprescindible para dar al bebé la oportunidad de nacer sano, ya que su vida corría un gran peligro y la viabilidad fetal no estaba en ningún caso asegurada.

La segunda operación

La mamá, desesperada, accedió a realizar la intervención, aunque le daba mucho miedo. Buscó otras opiniones antes de aceptar, pero todos llegaban a la misma conclusión: la operación era la única salida para la supervivencia del pequeño.

La cirugía consistió, a grandes rasgos, en la cauterización del vaso que alimentaba el tumor por medio de un láser introducido a través de una aguja gruesa. La idea era que el tumor dejase de recibir sangre y fuese muriendo, para después ser reabsorbido por el organismo.

Todo fue bien, pero al cabo de unos días, al efectuar la revisión correspondiente, los médicos detectaron que el tumor había logrado crecer por otro lado y que los pulmones del feto volvían a contener líquido.

Tras la debida deliberación, se efectuó una segunda operación, esta vez más agresiva, que consistía en destruir la totalidad del tumor con láser, con la misma técnica empleada para la primera operación.

Éxito de la segunda operación y, por fin, los papás respiraron tranquilos

La mamá asegura que “de algún modo, cuando te conviertes en madre, nace una fuerza colosal” ¡Por supuesto que sí, así es! La cirujana encaró la operación como “la más difícil de su vida”, en palabras textuales. También explica: “tenía un objetivo móvil, que era el tumor, dentro de otro objetivo móvil, que era el líquido amniótico, y estaba tratando de alcanzar la masa con algo que no se podía mover: mi aguja". ¡Verdaderamente, toda una hazaña para esta cirujana!

Por suerte, llegamos al final de esta historia con una buenísima noticia: el tumor se estancó y se reabsorbió. El pequeño nació en perfecto estado de salud el pasado 18 de mayo. Del tumor, nunca más se supo. ¡Qué inmensa alegría para esta familia, después de todo el sufrimiento! ¡Enhorabuena y mucha salud para el futuro!